Cargó con su vibroespada y se avalanzó sobre la jedi.Si había algo que sabía muy bien sobre aquellos religiosos era que peleaban muy bien y que tenían algo que el no poseía , aquello a lo que denominaban la fuerza y que no podía negar que estaba allí porque muchas veces había experimentado qué podían hacer con ella...pero había aprendido a tomar precauciones y a improvisar sino no hubiese llegado a sobrevivir ni dos días en aquel trabajo.La jedi se movió con agilidad y esquivó golpe tras golpe sin usar su sable laser.Grong movía su espada de un lado a otro pero nunca daba en el blanco y a su vez esquivaba los golpes de la contrincante que se dirigían hacia su cabeza y que le llegaban a rozar el pelo.La jedi dio un salto colocándose detrás de Grongerth y le asestó una patada que lo arrojó al suelo y se dispuso a rematarlo con el sable laser.Grong interpuso su espada y ambas armas entrechocaron entre chispas y luces durante unos instantes cuando de repente el sable laser se apagó y el desconcierto y sorpresa siguiente ayudó a que la vibroespada atravesase la carne del enemigo en su brazo derecho.La jedi se movió con velocidad para no perder el brazo pero recibió una herida considerable y dejó caer su arma al suelo retrocediendo varios metros.Grongerth sonreía descaradamente:
-Es lo que tiene el cortosis guapa.
Sin dejar momento para el respiro y sabiendo de lo que podía ser capaz aquella mujer, cargó de nuevo con su espada y esta vez no dejó que el enemigo se confiase como la primera vez sino que dio uso de todas sus dotes y años de entrenamiento en el teras kasi.Cuando potenciaba su concentración en aquella técnica marcial podía llegar a ser tan rápido y poderoso como cualquier jedi con fuerza o sin ella.La chica ya se estaba moviendo y esquivó varias veces la vibroespada anticipándose a los movimientos de Grong.De una patada consiguió arrebatarle el arma de las manos y empezó una oleada de puños y patadas por ambas partes.Grong sabía que ya estaba viejo para aquello pero aún aguantaba.Siempre recordaba el peligro y el riesgo que conllevaba enfrentarse a alguno de aquellos seres que sabían anticiparse a sus movimientos pero también resultaba muy estimulante.La jedi le arrojó a la pared con la fuerza y antes de que se lavantase ya le estaba pegando patadas y puñetazos a la vez que esquivaba los suyos.Grong ya estaba empezando a derrumbarse e intentaba no pensar en ello porque sabía que si perdía concentración estaría muerto en segundos.La jedi daba uso de su poder y parecía incansable e imposible de atrapar cuando por fin Grong en un impulso repentino le atrapó la pierna en una patada fallida que se perdió en el aire.La arrojó y golpeó varias veces contra el suelo y le rompió la mandíbula de un puñetazo.
-Ahora ya no eres tan guapa como antes.
La jedi realizó una pirueta y le dió un rodillazo a Grong en su boca que le hizo bastante daño pero que también la colocó enfrente suyo y el cazarrecompensas aprovechó para usar la técnica del vaapad de Sarapin.La barrió de una patada y antes de que cayese al suelo le dio una patada seguida de un puñetazo en el estómago con todas sus fuerzas que la volvió a poner de pie pero tambaleándose y sin noción.Le falló por poco pero finalmente dio resultado.La jedi se desplomó poco después escupiendo sangre sin parar junto con algún diente.
Grong se tumbó al lado sin poder casi hablar y le miró a sus ojos verdes.
-Has peleado muy bien pero tuve un buen maestro.No tengo piedad.
Con la vibroespada en la mano hizo una reverencia, la hizo ponerse de rodillas y le cortó la cabeza de forma fugaz.Grong estuvo mucho tiempo delante del cuerpo sin vida.Le había dado mucha guerra.Nunca sabría si era una jedi o no.La verdad no le importaba.El ya había cumplido con su trabajo y recibiría los créditos suficientes.A veces pensaba en sus víctimas.Le venían en sueños.Toda su vida había sido una máquina de matar por créditos para sobrevivir pero de forma inevitable también le venía en ocasiones si debía guiarse por alguna serie de moral propia, de lo que podía parecer correcto o no y que podía ser distinto a de como era.Apretó el mango de su espada con fuerza y disipó todas aquellas dudas que le asaltaban.``En la galaxia sobreviven los más fuertes y poderosos indistintamente de que sean buenos o malos a tu juicio.Tu sigue haciendo tu trabajo y seguirás con vida el tiempo suficiente´´.Acabadas sus divagaciones recogió el sable laser del suelo de la cueva y se dirigió a donde había estado la fragata uno instantes antes.Sacó un holotransmisor de su cinturón.
-Informe, Grongerth.
-Capitán , una fragata acaba de despegar del planeta.Era la tripulación de su querida``jedi´´ que ya ha sido erradicada.Aconsejo que se detenga en vez de derribarse.Dentro va mi nave.Solicito que se me envíe un transporte.
-Bien, dirígase de vuelta a mi nave insignia una vez le llegue el transporte y tráigame el arma de luz como prueba.Corto.
``Qué ganas tengo de perder de vista a ese tipo´´

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Una vez en el puente del Inquisidor, Grongerth se sorprendió de que el Capitán Brussel hubiese atrapado la fragata y no la hubiese fulminado estando dentro su caza.``Este tipo después de todo me ha dado una alegría´´.Los piratas habían sido detenidos y su carga-ryll y metadryll- requisada.El gordinflas bigotudo ya estaba en el habitáculo del caza de Grongerth y todo había acabado con final feliz para el Imperio.
-Bien , cazarrecompensas, ya has cumplido para lo que fuistes avisado.Los créditos te serán enviados en unos días a tu cuenta corriente imperial.Espero no tener que volver a verte pisar este puente.
-Lo mismo digo capitán.Usted también me parece encantador.
Le dirigió una última sonrisa y guiño de ojo antes de salir del puente.Ya en el hangar pensaba en darle una visita a un señor del crimen en Tatooine cuando el holoproyector del cinturón empezó a emitir pitidos de aviso.Apretó un botón y la sorpresa se dibujó en su rostro lobuno.Apareció una figura encapuchada pero con el rostro visible a sus ojos y que no había visto en mucho, mucho tiempo...
-Maestro...¿eres tu?

Tropezó mientras caminaba de espaldas,y casi cayó al vacío.Consiguió agarrarse a una saliente del acantilado.La noche era tormentosa,igual que su mente en ese momento.Su vida pendía de un hilo.

—Ven...ven...

Una silueta entró en su campo de visión.Un rayó cruzó el cielo,y puedo ver su rostro.Un rostro familiar.El restro de Brock Enfear.Podía ver como este portaba una gran vibroespada en su mano derecha.

La seguía llamando,y ella se sentía atraido por el peligro,por la emoción.Su cuerpo era pura adrenalina.Brock tendió la mano,pero en vez de intentar agarrarla,la dirigió hacia su frente.La acaricio con los dedos,y luego miró a la mujer a los ojos.Y esta sintió como una rafaga de pensamientos penetraba en su mente.

—May,hemos llegado —Le dijo su compañero,despertandola de su alucinación

La mujer pestañeó un par de veces y se despejo.Sabía cual era su cometido en Polis Massa.

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—Ya vienen

Brock miraba hacia el cielo cuando JJ le encontró tras su paseo.Este miró al cielo también,pero no vio nada,pues unas nubes negras de tormenta cubrían el cielo.Comenzó a llover,y una espesa niebla lo cubrió todo.JJ perdió de vista a Brock por unos segundos.

—Volvamos a la aldea —Dijo Brock

Joven Jedi sintió una mano en su hombro,y después notó como el tiempo se paraba,y recorría el espacio a una velocidad inigualable.

Una noche triste. Lluvia y niebla, enturbiaban el horizonte de Polis Massa, ocultaban la luz de las estrellas y engullían la colonia en tinieblas.
Presagios en la oscuridad.

Brock Enfear y Joven Jedi llegaron empapados a la colonia minera donde se habían hospedado hace ya unas horas.

-Iré a quitarme esto a la nave. Voy a ver si veo a ese cazarrecompensas. El tratamiento de Ihcir pronto habrá terminado y prefiero que la nave esté lista cuanto antes...-dijo Brock mientras se disponía a salir de la presencia de Joven Jedi.

-Bien, yo iré a ver cómo va el tratamiento entonces.-

La colonia estaba muerta. Era cierto que la noche había caído hace mucho tiempo, pero no se movía ni se sentía ningún alma a lo largo de todas las instalaciones. Y la noche no ayudaba a sentir nada bueno.

Joven Jedi por fin llegó a las salas médicas. Al fondo se veía la luz que atravesaba la cristalera que hacia las veces de pared de la estancia donde Ihcir estaba conectado a la máquina para la diálisis.
CUando por fin estuvo a la altura de la sala se frenó en seco. Dentro junto a el inerte cuerpo del jedi había una figura. Alta, de espaldas sólo se veía una gabardina negra. Los peores temores de todos se estaban haciendo realidad.
Alarmado, Joven Jedi entró en la sala. La figura se volvió: bajo la gabardina se podían apreciar las botas de cuero negro, los pantalones de gris imperial, el peto de combate de un soldado de asalto...Dalen Enorab, el Emperador, el hombre más poderoso de la Galaxia estaba allí.

-Bu...

Ekans y Konker corrían por los pasillos de los al rededores de las salas médicas, tenían los nervios a flor de piel, la tensión era máxima, el Imperio les había pillado por sorpresa, de no ser por el instinto y la experiencia de combate de Ekans hubieran sido capturados. Desarmados y sin apoyo, solo podían correr y esconderse.

-Krayt-Dijo Konker en voz baja.-Ahí delante hay 2 imperiales
-¿No me digas?-Dijo este empujándole a través del marco de una puerta que conducía a una que estaba en penumbra.-Quédate ahí, ahora mismo sólo estorbas.

Konker obedeció con resignación, no le gustaba la forma en la que le trataba el cazarrecompensas, él era capaz de hacer cualquier cosa por ayudar y no le daba opción siquiera a intentarlo.
Ekans caminó sigilosamente a espaldas de los soldados hasta estar a 5 centímetros de la espalda del que estaba situado más a la derecha del pasillo, contuvo la respiración y violentamente con su mano derecha le agarró del brazo derecho y con la izquierda, usando sus dedos como arma, apretó su cuello con todas sus fuerzas, el otro soldado quedó perplejo, Ekans aprovechó la situación de incredulidad para tirar con fuerza hacia atrás del brazo del soldado hasta rompérselo al tiempo que el otro se preparaba para distapar, con el brazo izquierdo tiró del cuerpo del soldado hacia atrás lo que le sirvió como escudo para los disparos del otro soldado, después le dio una patada para dejarle en el suelo y poder ocuparse de él, usó el rifle que dejó caer al suelo para darle un culatazo en el casco y así poder atontarle, una vez fuera de combate, con la misma arma le propinó dos tiros a quemarropa, la jugada le había salido bien.
Se volvió hacia el soldado que había usado de escudo para recoger su arma y su cinto, una vez equipado, volvió a recorrer el pasillo hasta la oscuridad de la sala donde konker permanecía inmóvil.

-Chico, ¿sabes usar uno de estos?-Dijo acercándole una de las dos armas
-Por supuesto-Dijo Konker quitándosela de las manos
-En fin, por si acaso… cuando llegue el momento quédate con los pies firmes, aprieta el gatillo, no lo empujes, ¿entendido?
-Sí
-De acuerdo-Dijo haciendo una pausa para asomar la cabeza a través de la puerta.-Seguramente hayan oído los disparos, sígueme de cerca, pero no demasiado ¿de acuerdo?
-Está bien, no te preocupes
-Pues vamos-Dijo mientras cruzaba la puerta a toda prisa.- ¡Muévete!

... bajo la gabardina se podían apreciar las botas de cuero negro, los pantalones de gris imperial, el peto de combate de un soldado de asalto...Dalen Enorab, el Emperador, el hombre más poderoso de la Galaxia estaba allí.

- Buenas...

Estaba paralizado. Totalmente sólo. No había rastro de Konker y Ekans, habían desaparecido. ¿Sería el caza recompensas quien, aleatoriamente, hubiera decidido en ese mismo momento abandonar a Ichir? No tenía tiempo de pensar en ello.

Suponía que Ichir estaba en perfecto estado, de momento...

- ¿Sorprendido? -cuestionó, arrogante.

- Tengo que admitir que es usted imprevisible...

- Lo sé...

Alargó unos pocos pasos, observando el sistema al cual aquel viejo Jedi estaba conectado.

- Me suena de algo... ¿me equivoco?

Era posible. Podía haberle visto la cara hace diez años.

- ¿Puedo preguntar porqué esta conectado a... esto?

Mi ritmo cardíaco estaba aumentando. De nuevo la ira y el odio se apoderaron de mi. Quería romperle cada hueso del cuerpo con mis propias manos.

- Supongo en que estás pensando... te gustaría, ¿verdad?... sí... no hace falta tener poderes para deducir algo tan obvio, amigo mío -explicó Dalen.- Y sé que su orgullo no le permite acabar con mi vida de forma fácil... quieres venganza... quieres violencia... pero de igual a igual, ¿me equivoco?

Aquellas palabras me sorprendieron. ¿Sabía el gran Emperador que no era un Caballero Jedi?

- ¿En que se basa para advertir que no le derrotaré en menos de un segundo? -me atreví.

- Oh, vamos... usted y yo sabemos que no es un Jedi... si lo fuera me hubiese matado en aquella ocasión, ¿recuerda?

En efecto, lo hizo.

- Además de que no hubiera sido derrotado por cuatro peleles que cuidan de mi protección.

Iba armado con mi pica de fuerza, pero la dejé apartada en el suelo. Estaba desarmado, al igual que él, o eso pensaba.

- No sé que clase de entrenamiento ha seguido usted, pero en estos momentos no le importa. Dejémonos de brujerías y entablemos un duelo entre dos personas normales -sonrió.- Con un poco de suerte vivirá para contarlo.

Avancé hacia él y se puso en guardia. Tenía razón. Sentía la necesidad de destrozarlo con mis manos, de forma justa. Era lo ético. Sería muy cobarde no hacerlo. En aquel momento, el brazalete no surgiría efecto porque yo no quería.

Lancé un derechazo veloz que me sorprendió hasta a mi mismo. Sin embargo, el Emperador ladeó la cabeza con asombrosa rapidez y con su mano derecha, cerrada, me golpeó en el estómago. Me doblé debido al profundo dolor y noté como su otra mano me golpeaba en la espalda, ejerciendo una fuerza vertical hacia el suelo.

- No hay nada mejor que sentir como tu piel acaba con tu enemigo, ¿verdad?

Intenté sostenerme con mis brazos y piernas, pero me asestó una patada al hombro izquierdo. Nuevamente caí al suelo.

- ¡Levántate, bastardo!

Acepté su orden, esta vez sin obstáculos. Me observaba divertido, sediento de sangre. Dejé fluir mi ira y esta vez si que logré derribarlo de un puñetazo. Pude ver la cara de sorpresa en el Emperador, llevándose dos dedos a los labios y descubriendo que había sangre.

- Muy bien... sonrió.

Se puso en pie de nuevo y destrozó mi pómulo izquierdo de un puñetazo. No caí al suelo, sino que tomé el máximo impulso en el sitio y lancé otro potente golpe que también impactó en su pómulo derecho. Traté de abalanzarme sobre él con furia, pero me esquivó, sujetando mi brazo derecho y me tumbó en el suelo. Mantuvo dicho brazo entre sus piernas, dejándolo atrapado, y con sus dos manos, unidas por los dedos, me rodeó el mentón y comenzó a ejercer una fuerza ascendente.

Con mi mano izquierda quise deshacer el candado, pero era incapaz. Utilicé la astucia y le retorcí un pellizco de piel en una de sus manos hasta hacerle sangre. Un instante de relajación me permitieron para salir.

Ambos estábamos algo desorientados, así que embestí contra el sin lógica alguna. Sentí un fuerte impacto en mi frente, también había sangre. Me maree un poco de nuevo en el suelo, a la vez que advertí que él también se llevaba la mano a la misma zona.

Me incorporé y con vacilación agarré mi pica magnética. La dividí en dos partes y le proporcioné una al Emperador.

- Con los puños tardaremos una eternidad en destruirnos -dije.

Nunca me había sentido tan poco peligroso con aquel arma, pero no importaba. Ambos comenzamos a intercambiar golpes con la mayor habilidad que podíamos.

Ken y el Lord Oscuro Kalas se dirigian al hangar donde estaba los caza de Ken y Kalas

-Ken: Bien y ahora como vamos a Polis Massa si no cabemos en la misma nave.
-Kalas: Tranquilo, iremos en el Izhora.
-Ken: ¿Izhora?
-Kalas: Observa y veras.

Kalas apreto un boton y se levanto una pared del hangar, dentro habia un carguero coreliano tipo YT-2400 de color negro. Ambos entraron dentro y la nave empezo a coger altura.

-Kalas: Bien, ¿cual es el rumbo?
-Ken: Polis Massa.
-Kalas: Ya has oido X4, pon rumbo a Polis Massa.

Una pequeña unidad R2, de color negro, se metio dentro de la cabina y la nave salto al hiperespacio con rumbo a Polis Massa.

-Kalas: Bien, Ken esta es tu habitacion.

Kalas señalo una habitacion a Ken el cual entro en ella, Kalas siguio un poco mas y entro en otra habitacion muy oscura, recordaba a la sala del trono de Korriban, cuando Kalas estubo dentro se cerro la puerta y Kalas saco un holoproyector y lo encendio, se veia una figura encapuchada pero con el rostro visible.

-Figura: Oh, amigo Kalas cuanto tiempo, has cambiado desde la ultima vez, ¿y esas ropas? ¿que te ocurre para que me llames?
-Kalas: Gipsias, Gipsias, Gipsias, me conoces desde hace 7 años y aun no sabes que siempre que te llamo es por motivos de trabajo.
-Gipsias: Kalas, ya se que siempre es trabajo, el dia que te intereses por algo o por alguien que no seas tu mismo significara que el mundo ha cambiado, dime de que trabajo se trata.
-Kalas: Jedis e imperiales, de eso se trata, de la eterna lucha de los Jedis contra Dalen. He conseguido informacion acerca de la localizacion de algunos jedis, estan en Polis Massa que es hacia donde me dirigo, no se lo que sucedera, pero es mejor ser multitud. El trabajo es acompañarme para tener una reunion con los Jedis.
-Gipsias: ¿Tu con los Jedis? El mundo esta cambiando mucho.
-Kalas: No lo suficiente, prefiero a los Jedis que al Imperio, bueno majete, te espero en Polis Massa, espero que llegues antes que yo.
-Gipsias: Alli estare, no te preocupes.

La transmision se corto y Kalas se quedo meditando en la sala mientras el Izhora viajaba por el hiperespacio.
CONTINUARA....