Cada cierto tiempo un droide de protocolo se dirigía a la habitación donde Síle dormía. La observaba por unos segundos, después enviaba un mensaje en el cual daba a conocer que la situación era estable.

La noche seguía avanzando en el planeta M4-78, todo era silencio y tranquilidad en el lugar donde se hospedaban Síle y Dax. Una suave luz se filtraba por la ventana en la cual la chica se encontraba, se podía ver el rostro sereno de ella…

De pronto los ojos de Síle iban de un lado a otro, el movimiento era muy rápido, se notaba a través de sus párpados que permanecían cerrados.

No puedo respirar. Que alguien me ayude… No puedo…

Sus ojos se abrieron desesperadamente. Síle se incorporo sobre la cama y llevo sus manos a la garganta, abrió la boca pero el aire no entraba a través de ella. Tampoco podía emitir sonido. Algo le oprimía la garganta y no sabía que era, sentía una fuerte desesperación. Una fuerte tos vino después… la tos era demasiado seca, Síle asustada trata de salir de la cama, debe pedir ayuda. La fuerte tos no la deja dar paso, el dolor en el pecho y garganta le quema. Sus piernas se debilitan y cae de rodillas en el piso. Un último ataque de tos y por fin el aire entra a sus pulmones… la respiración es agitada, lleva instintivamente su mano izquierda a su cuello.

Alguien enciende la luz de la habitación. Síle levanta el rostro y se asombra al ver un droide de protocolo que se acerca a ella y le ayuda a levantarse.

- Se siente bien señorita?, ¿necesita algo? –pregunta educadamente el droide

Síle se apoyo en el brazo mecánico de este droide y logra ponerse en pie.

- Gracias… quiero un vaso con agua, por favor –dice una Síle aliviada de poder hablar nuevamente.
- Enseguida lo traigo señorita –contesta el droide

En breve tiempo el latido del corazón de Síle vuelve a la normalidad. Decide ir al pequeño salón que tiene el departamento, en el camino se detiene ante la puerta de la habitación que ocupa Dax. Observa la puerta y mueve su mano derecha para tocarla... se arrepiente, se va a un sillón y se sienta a esperar.
Mientras tanto el droide se ha comunicado con su amo, el cual enseguida le da instrucciones.

- Aquí esta señorita… se le ofrece algo más?
- Gracias –en cuanto tiene el vaso en sus manos, bebe inmediatamente- puedes retirarte, no necesito nada más, gracias.
- Gusta que le ayude a regresar a su habitación?
- No gracias, me quedará aquí un momento… El señor Dax no despertó ¿verdad?
- No señorita, él duerme.

Síle sonríe.

El droide se retira. Síle continua bebiendo lentamente el agua, a la cual le siente un sabor extraño, levanta el vaso a la altura de sus ojos, observa el agua pero no nota nada fuera de lo normal. Levanta los hombros y hace una mueca con sus labios, termina de beber, coloca el vaso en una mesa cercana, apaga la lámpara. Síle dirige su mirada otra vez a la puerta de la habitación de Dax… un leve suspiro sale de sus labios.

Intenta recordar el horrible encuentro que tuvieron en la tarde, pero en su mente sólo aparecen imágenes poco nítidas. El esfuerzo que hace por tratar de revivir esas escenas le produce un fuerte dolor de cabeza.
Procura mantenerse despierta pero sus ojos se cierran, en su cuerpo siente una gran pesadez, se deja caer en el sillón.

…

- Síle… Síle… debes despertar… -dice suavemente una voz

Síle lentamente abre los ojos… a un metro de ella se encuentra Dax. Síle avergonzada se incorpora rápidamente.

- Tranquila, no te precipites. No pasa nada… ¿cómo te sientes?
- Un poco mareada –contesta Síle a la vez que trataba de arreglar su cabello
- Es normal, recibiste un fuerte golpe y has dormido mucho.
- ¿mucho?... ¿qué hora es?
- Pronto atardecerá –dice Dax y señala hacia la ventana
- No puede ser, perdón…
- No te preocupes, primero esta tu salud. ¿Te apetece comer algo?
- S-si, por favor.

Dax se acerca un droide para darle instrucciones. Síle se levanta del sillón y va a su habitación, se asea y cambia su ropa. Cuando ella regresa al salón, Dax está esperándola en la mesa.

- ¿Sigues con el mareo? –pregunta Dax
- No… sólo siento cansancio.
- Pronto pasará.
- Que pena, no he podido ayudarle en nada.
- No te preocupes.
- Pero yo...
- Síle por favor, no pasa nada. Ahora debes alimentarte.

Síle se sienta retirada de Dax. Inmediatamente un droide llega a la mesa con una bandeja, de todo lo que ofrece a Síle, ella sólo acepta una sopa y un tipo de pan muy raro pero con buen sabor.

- ¿Usted no me acompañará a comer?
- No Síle, comí hace unas horas.
- Pero ya casi es hora de cenar, por qué no cena algo. Por favor, no me gusta comer sola –dice Síle a la vez que le sonríe tímidamente.
- Esta bien Síle... comeré una manzana –la toma de una pequeña canasta que está sobre la mesa.
- ¿Sólo una manzana??
- Sí, sólo una manzana... –contesta Dax y lleva la fruta a su boca.

Síle le observa comer la fruta, se sorprende al ver con que delicadeza muerde la manzana, pareciera que no quisiera destrozarla; el movimiento de la boca de Dax es pausado al masticar. Síle se pierde observándolo.

- ¿Comerás hoy Síle?

Síle sale del estado en le que se encontraba, aparta la vista de Dax y su rostro se ruboriza bastante.

- S-sí... perdón.

Síle decide concentrarse sólo en el plato de sopa que está frente a ella. Toma una cuchara y empieza a comer. Mientras dura la comida ninguno de los dos pronuncia palabra. En la habitación sólo se escucha cuando Dax muerde la manzana. Síle se mantiene con la cabeza baja. Ahora el que la observa detenidamente es Dax.

Síle termina de comer.

- ¿Qué sucedió con el Sith? –pregunta Síle.
- Escapó –contesta rápidamente Dax.
- ¡¡¿¿Escapó??!! Pero...
- Después de que te atacó, se acerco a mi, pensé que me atacaría pero... no lo hizo... creo utilizó un truco mental para extraer información...
- ¿Información?... ¿de qué???
- No lo sé Síle. Después de eso, el Sith se marchó. No sabes cuanto lamento lo sucedido, yo te he prometido que te cuidaría y ve... todo lo hago mal -Dax desconcertado se levanta y camina hacia el salón.

Síle también se levanta y avanza hacia donde está Dax, se detiene a unos pasos de él. Ella puede ver pena en el rostro de Dax.

- Usted me cuida. Sólo que hay cosas que no podemos controlar, existen seres más poderosos. Por favor no se lamente. Estamos bien y eso es lo que importa.


Continua...

Dax mira a Síle, le sonríe y le agradece sus palabras. Síle también le sonríe. Momentos después Dax se despide y sale del departamento. Ella se ofrece a acompañarle pero él no lo permite, le sugiere que mejor se quede y descanse.

Llega la hora de dormir, Síle decide esperar un poco más para ver llegar a Dax pero él no da señales de aparecer.
La joven decide irse a descansar.

Esta noche no se compara en nada a la anterior, Síle duerme profundamente tanto que no se da cuenta que Dax entra a su habitación, se acerca a ella, la mira con ternura pero... segundos después los ojos de Dax se tornan agresivos y rápidamente sale de la habitación.

Amanece en M4-78.
Síle sale de su habitación. Se dirige a la cocina y encuentra a un droide esperándola con el desayuno servido.

- Buen día Señorita
- Buen día
- Tome asiento, debe apurarse en comer.
- Esperaré a que venga el señor Dax.
- El amo no vendrá, el salió muy temprano. Regresará en unas dos horas y espera que para esa hora usted esté lista porque hoy regresan a Coruscant.
- ¿Qué??
- Hoy regresan a Coruscant señorita.

Síle da un fuerte suspiro y sonríe ampliamente. Por fin regresan, estos días en este planeta han sido eternos. Se alegra completamente al pensar en Liam y Ophelia.

A las dos horas llegó Dax. Rápidamente preparó su equipaje, preguntó a Síle si ya estaba lista, ella asintió. Tomaron sus lugares en la nave, antes de que Dax le pidiera a Síle que entrara la información en el computador, ella ya lo había hecho. Dax se alegra al ver que Síle aprende muy rápido, él pensaba que durante la estadía en el planeta le enseñaría a pilotear la nave pero sucedieron cosas inesperadas y este plan se vio frustrado.

La nave se elevó y rápidamente desapareció en el espacio. Dax pudo notar durante el trayecto que el rostro de Síle irradiaba una gran felicidad.

- ¿estás contenta de regresar Síle?
- ¡Sí!, en estos días extrañé mucho a Liam.
- ¿Te gustó viajar conmigo?
- Sí pero... me siento avergonzada... no pude ayudarlo en nada.
- Te he dicho que no te preocupes, el que se debería sentir mal soy yo. Nunca debí traerte sin antes empezar a prepararte, enseñarte como defenderte. Te arriesgué demasiado, perdóname por favor. Ahora que estemos en Coruscante empezaré a entrenarte, también te enseñaré a pilotear naves.

Síle como respuesta le sonríe ampliamente a Dax.

Llegaron a Coruscant al atardecer. Síle descendió rápidamente de la nave, Dax sólo sonrió y la alcanzó enseguida.

Síle al llegar a la puerta de su hogar, introduce con velocidad la clave para abrir. Cuando la puerta se corrió entró con prisa, llegó al salón, se sorprendió al ver que las persianas estaban cerradas completamente. Gritó –Ophelia... Liam, he llegado-. No obtuvo respuesta. Se dirigió a su habitación para dejar su equipaje, mientras se quitaba la capa que la cubría pensó que quizá Ophelia y Liam habrían salido.

Síle sale de su cuarto y se dirige al cuarto de Liam, la puerta esta emparejada, Síle la empuja y lo que encuentra es aterrador.

Síle da un fuerte grito, mira alrededor, la habitación está desordenada. Ophelia está abrazando a su hijo, el rostro de ella muestra desesperación, el rostro de Liam es tranquilo, parece dormido. Síle se aproxima a ellos, el llanto en Síle es incontenible, toca los cuerpos de ellos, están fríos, Síle desesperada grita sus nombres, los agita pero no recibe ninguna respuesta.
Síle se aparta de ellos, lleva sus manos al rostro, llora y grita con dolor.

En segundos llega Dax, el cual también se sorprende al ver lo que sucede. Y el corazón se le parte cuando ve a Síle completamente destrozada en un rincón de la habitación. Se acerca al lugar donde ella se encuentra, ella no lo ve aproximarse ya que su rostro está oculto entres sus brazos.

- Síle... lo siento, de verdad lo siento -dice un afligido Dax.

Ella no lo escucha. Dax vuelve a hablarle. Ella levanta el rostro.

- ¡¡¡ES MI CULPA!!!, ¡¡¡ES MI CULPA!!!, ¡¡¡NO DEBÍ DEJARLOS!!!
- Síle no es tu culpa, no digas eso.

Síle se pone de pie tan veloz como un rayo, que Dax se sorprende. Los ojos de Síle pasan del dolor al odio en segundos.

- ¡¡¡ES MI CULPA!!!, ¡¡¡NUNCA DEBÍ VIAJAR!!!... ¡¡¡LIAM ES SÓLO UN NIÑO!!!... ¡¡¿¿POR QUÉ??!!, ¡¡¿¿POR QUÉ??!!

Dax se acerca a los cuerpos de Liam y Ophelia, los observa detenidamente, mueve sus cabezas y nota dos pequeños orificios en el cuello de cada uno.

- Síle, ellos fueron atacados por un Sith.

Al escuchar esto Síle, siento que el odio se apodera de ella. Se queda paralizada en medio de la habitación. En su mente millones de interrogantes se hacen presentes. Lo sucedido es imperdonable.

- Síle... Síle... ¿me escuchas?
- ...¡¡LARGUESE!!
- ¡Síle!
- ¡¡LARGUESE DE AQUÍ... LARGUESE DE MI VIDA!!... ¡¡ES SU CULPA!!... ¡¡CULPA DEL ESTUPIDO VIAJE QUE ME HIZO HACER!!...
- S-Síle... –dice Dax e intenta tocar el brazo de ella.
- ¡¡DÉJEME!! –grita Síle y se separa de Dax.
- Síle no es ni tu culpa ni la mía, no sabes cuanto lo siento. Te das cuenta de lo importante que eres???, ¿puedes ver eso??
- ¡¡NO ME IMPORTA!!

Al gritar esta última frase, Síle cierra sus puños, se acerca a Dax y lo golpea con fuerza en el pecho mientras le grita que él es el causante de las muertes de la única familia que ella tenía. Dax ni siquiera intenta detener los golpes que con tanta rabia da Síle, los golpes que recibe Dax no lo alteran en lo más mínimo.

Ella vuelve a romper en llanto; le golpea hasta el cansancio... segundos después las manos y el rostro de Síle se colocan en el pecho de Dax, ella llora desesperadamente. Él se queda muy quieto, Síle quisiera sentirse protegida, quisiera ser abrazada... pero los brazos y manos de Dax permanecen inmóviles. Ella le mira con resentimiento, se aparta de él y da unos pasos, sin voltear a verle le dice:

- ¡Déjeme sola, por favor!
- Síle por favor...
- ¡Déjeme sola!

Dax mira a Síle, intenta decirle algo pero se arrepiente. Sale del departamento.

- ¡Quiero morirme! –dice una dolida Síle.

Continuará...

Ken ,Kalas , Gipsias y Grongerth salieron por los pelos de la explosión que Brock provocó.

Gipsias : Nos ha ido de un pelo.
Grongerth: Estas cosas te saldrán caras, Imperio y jedis es lo mas jodido del universo.
Ken: Callaos los dos, siento que mi presa está cerca.
Kalas: Entonces vamos.
Ken: No, esto es cosa mia, esperadme en la nave. Me encontraré contigo mediante la Fuerza Kalas.

Ken se despidió de ellos y se dirigió hacia un pasillo, sentia que su padawan estaba cerca.
Al fin , al finSusurró su voz interna satisfecha.
Esprintó mediante la Fuerza y vió a su padawan junto a otro hombre al que no conocia. Su padawan apenas habia envejecido. Ambos estaban bastante magullados.

Ihcir alzó el rostro sorprendido.

Ihcir:¡¿Ken?¡ No es posible, te daba por muerto
Exclamó sonriendo, se levantó para abrazarse con él pero vio que algo iba mal.

Ihcir:¿Qué pasa?
Ken: Tienes que venir conmigo.

JJ alzó la cabeza alarmado.

JJ: Ese tio no me gusta.
Ihcir percibio algo en el interior de Ken
Ihcir: No es posible J¿Que te ha pasado?
Ken: He aumentado mi campo de visión, he abarcado la Fuerza por completo , ahora soy mas poderoso. Unete a mi Ihcir, g. Con el Lado Oscuro podremos derrotar al Emperador.
JJ: Has sido pervertido por el Lado Oscuro, no le hagas caso Ihcir, vámonos de aquí.

Ken furioso empujó a JJ con la Fuerza lanzandolo a varios metros de distancia.

Ihcir: JJ vete, esto es cosa mia.
JJ se levantó lentamente, el combate con el Emperador no le habia salido demasiado bien.
JJ: ¿Seguro?
Ihcir: Completamente.

JJ le miro con algo de desconfianza pero lo aceptó y echó a andar por el pasillo alejandose de ellos.

Ken: Vamonos Ihcir.
Ihcir: No maestro.
Ken: Ihcir llevo buscandote 10 años, sino llega a ser por mis nuevas habilidades todavía estaria en una pobre cantina. Unete a mi.
Ihcir: No ,Ken, no lo entiendes. No estas en el Lado correcto, vuelve con nosotros.
Ken: No Ihcir, sino te unes a ti te mataré.
Ihcir: Entonces asi sea.

Ihcir estaba desarmado asi que se arrodillo ante el aceptando su destino.
No dejes que se muera asi, haz que luche,no te rindas Clamo su voz interior.
Ken le tendio entonces el sable ambar de su maestro.

Ken:Pelearás por tu vida.
Ken le empujo con la Fuerza pero no demasiado fuerte solo para que se incorporase y corrio hacia el con el sable rojo encendido, Ihcir encendio el suyo por insisto, y en todo el pasillo resono el entrechocar de los sables.

"Iros a tomar por culo, nadie me quiere".

Eso es lo que repasaba mi mente a modo de ironía. En el fondo me alegraba porque, bueno... digamos que prefería mantenerme con vida. Esto estaba empezando a ser un caos y desde luego esta no era la visión que tenía para derrotar al Emperador.

"¿Dónde coño está Brock? ¿Y los otros chicos? ¿Le estará dando para el pelo Ichir a Ken?"

Pero claro, siempre hay alguien que hace semejar que la situación no es tan grave como presiento.

- ¿Está bueno el cigarro? -pregunté irónicamente.

- Cuando te quedan escasas horas de vida, de puta madre -me contestó Ekans.

- ¿Me he perdido algo? -insinué.

- Digamos que tenemos dos teorías y una de ellas no es muy halagadora -afirmó Konker.

- Pues cojamos la nave y salgamos de este predusco -ideé rápidamente.

- Claro, majete -contestó Ekans dándome una palmada en el hombro-. Es muy sencillo, mientras tu bailas una muiñeira distrayendo a los soldados nosotros cogemos la nave y bordeamos a todos esos superdestructores que planean mandar esto al olvido.

- Pues les robamos una nave a ellos y listo -le corté.

- Es una opción... aunque ya se han retirado casi todos. Tenemos que darnos prisa -apuntó Konker.

- Pues pongámonos en marcha. Si sale mal ya rezaremos -se sinceró Ekans.

Nos pusimos a andar, pero les detuve.

- Ah, no contéis mucho con mi ayuda. He perdido la electro vara y como que...

- Anda, toma... pero luego me la devuelves -ordenó Ekans.

El cazarecompensas me pasó una vibroespada.

- ¿De donde cojones has sacado tú eso? -me indigné.

- ¿Sabes utilizarla? Pues ya está, no hay más preguntas- sentenció.

Los medios para enfrentarnse a cualquier situación y escapar habían aumentado, con el esfuerzo común de Kyle, Xiaoyu y el padre adoptivo de Shay, el bith, llamado Cauteo.
Ocultos tras dos nombres. El real, y el que normalmente usaban cuando no estaban los tres sólos en una de las cinco naves que poseíamos, Shay Tan, Sheen Tan, y Figrin D'an(llamado igual que un músico bien conocido que trabajaba para Jabba).
Aparte de diversas armas de mano y un par de sables láser.
Más experiencia en los diversos sucesos plausibles que podrían acaecer a tres individuos que vivían casi como piratas espaciales. Con mayor entrenamiento en las habilidades de la Fuerza, en habilidades militares y ocultando su verdadera identidad, tratando de pasar desapercibidos por allá donde estuviesen.
En definitiva como seres que no desean ser encontrados menos por quién ellos quieren ser encontrados.
En esa situación andaban los tres dirigiendose a un planeta alejado incluso más allá de los sectores más conocidos del Borde Exterior. Habitable pero casi no habitado.
Xiaoyu se encontraba meditando en la Fuerza cuando de pronto sintió una extraña imagen en su mente. Y se dió cuenta que podría ser algo que podría ser un problema.
Mientras Kyle miraba de una forma cariñosa a su prima lejana mientras reparaba uno de los droides a su servicio desde una estancia anexa.
Mientras el bith pilotaba la nave.
Su destino ni siquiera estaba en ningun sector registrado en las numerosas fuentes de información prerrepublicanas ni imperiales.

FIN[De Xiaoyu y personajes secundarios relacionados con ella en estas FFW]

Mierda, casi no puedo moverme...¿dónde estaremos?¿cúanto tiempo llevaré ya aquí?

Brock estaba sentado en el suelo de la celda, conla cabeza apoyada en la pared. Sus ojos, cansados por la fatiga que suponía estar encerrado en aquel maldito lugar, miraban muertos a algún sitio del techo, probablemente imaginándose lo que no era.
Había pasado ya tiempo desde su encuentro con el Emperador y más aún desde que lo habían encerrado. Y no podía usar la Fuerza. Nunca imaginó que aquello le supondría tanto esfuerzo, antes tenía una vida normal ¿por qué dependía tanto de ella? La costumbre. La maldita costumbre. Al final, a pesar de haber intentado ir por la vida de una forma diferente totalmente libre de las ataduras sociales, de las propias ataduras del resto de hombrews, había ciado en la rutina. Y ahora que se la habían arrebatado estaba roto. Y las heridas mal curadas de la paliza propinada por el Emperador no ayudaban a quitarse esa sensación.

Ya no quedaba esperanza.

La puerta se abrió con sigilo. Una tenue luz azulada proveniente del exterior inundó la pequeña celda. Demasiada luz para los ojos de Brock en aquellas condiciones. Una silueta...un figura alta entró y cerró la puerta tras de sí. De nuevo oscuridad.
La figura se acercó a el y le reclinó la cabeza, le dió a oler una extraña sustancia y después le obligó a tomársela. Poco a poco Brock fue recuperándose de su apatía y teniendo los sentidos más claros. La garganta le ardía. El extraño encendió una luz.

-Rápido, tienes dos minutos de margen. En ese tiempo debes cruzar todo el bloque prisión y conseguir llegar a las cápsulas de escape. Tendrás el camino libre, pero no puede esperar más...-

Brock, aún aturdido miró con extrañeza a aquel cuerpo informe de voz distorsionada que le hablaba-¿Pero qué estás diciendo?-

-Digo que huyas Brock, tan lejos como puedas. Huye, huye...-

Brock se levantó con ayuda de aquel hombre...recuperó el sentido en las piernas, lanzó una última mirada a la celda y se lanzó a correr por el bloque prisión, tan rápido como era capaz.

Tan lejos como puedas, huye.

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-¿Está todo dispuesto?-El Emperador estaba recostado sobre un cómodo sillón de estilo corelliano, disfrutando de un buen licor. La figura holográfica de Dante Oviedo, el Gran Almirante Imperial, estaba sobre la mesa.

-Sí. El plan ha sido un éxito y parece que la colonia de Poliss Massa ha sido destruido. Con los jedis dentro.-

-¿Seguro?-

-No, pero no podemos esperar otra cosa hasta la llegada de los informes de toda la actividad de los destructores que intervinieron en la operación.-

-Comprendo, bueno viejo amigo si es así, ya sólo me queda una cosa por hacer...-La conexión holográfica terminó y Dalen, el Emperador, salió de su estancia enfundado en su abrigo negro...

Unos minutos después, el Superdestructor Imperial donde viajaba de vuelta a Coruscant, explotó. Y mientras la luz de la explosión impregnaba el cielo profundo una cápsula de escape recibía de lleno la onda expansiva, precipitándola a una velocidad excesiva contra la órbita de un planeta...

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¿Polis Massa destruida?¿Qué ha sido de nuestro valientes héroes que luchaban en la superficie?¿Habrán conseguido librarse guiados por Ekans?

¿Habrán sobrevivido también los nuevos villanos siths o habrán recibido su justo castigo?

¿Será esa cápsula la vía de escape de Brock?

¿Cúal será el futuro del Imperio sin su Emperador?