Han pasado dos días y ahora Síle se encontraba preparando sus cosas. Finalmente ella accedió a acompañar a Dax al lejano planeta droide de M4-78. Y mientras se preparaba, una preocupada Ophelia le daba indicaciones a la jóven, la cual no había salido en mucho tiempo.

- Cuidate mucho, jovencita. Te vamos a extrañar.
- Gracias. Yo también los extrañaré.
- Espero que el señor Selus te cuide bien. Apenas lo conocemos.
- No te preocupes. Él es una buena persona. Confío en él.
- Y yo confío en tí. Me alegra que hayas encontrado a alguien quien esté dispuesto a ayudarte.
- Yo también agradezco mucho haberlo conocido. Nos ha ayudado mucho. Nos vemos pronto.
- Hasta luego. ¿Podrías despedirte de Liam por mí?
- Claro. Ese niño dormilón ni siquiera pudo despertarse...Te va a extrañar mucho.

Ophelia abrazó a Síle para despedirse. La jóven también la abrazó. Entonces salió de su casa y ahí estaba Dax, frente a una pequeña nave en la que viajarían. Una nave azul elegante, pero discreta.

- Bueno, niña, es hora de irnos. Estaremos ausentes por unos días. Espero que no represente algún inconveniente para tí.
- No, no. Claro que no. Estoy lista.
- Te gusta esta nave? acabo de comprarla. Es lo suficientemente discreta para no llamar la atención.
- Sí, está muy bien.
- Y luego te enseñaré a pilotearla.
- En serio? gracias. Se lo agradezco.

Y entonces ambos subieron a la nave. Síle se despedía a través del cristal hasta que la nave desapareció entre los rascacielos y nubes hasta llegar al espacio. Una vez ahí, la nave dió el salto al hiperespacio.

Durante el viaje, Síle parecía algo nerviosa; intranquila. Dax parecía notarlo.

- Todo va a estar bien. No estés nerviosa.
- No lo estoy. Es que...bueno, hace mucho tiempo que no viajaba. De pronto me siento tan...libre, pero a la vez, siento temor por lo que vendrá en el futuro; es decir...lo que podría venir en el futuro. Por primera vez en mucho tiempo siento que mi vida toma otro rumbo mientras yo no estaba preparada para ello...
- Lo se, lo se. Siempre se duda al dar el siguiente paso. Es completamente normal lo que sientes. Además, ya sabes que no estarás sola. Nunca.
- Gracias. No le he podido agradecer todo lo que nos ha ayudado.
- Y no tienes que hacerlo. Yo solamente quiero que vivas felíz.

Dax intentaba darle ánimos con sus palabras a una temerosa Síle. La jóven al poco tiempo se sintió mejor.
Mientras tanto, la nave salió del hiperespacio. Estaba a punto de llegar a su destino.



- Bien, ya estamos a punto de llegar.
- Y exactamente en donde nos quedaremos?
- Tengo una casa. Bueno, se supone que ahí es mi "casa", pues es ahí donde tengo mi base de operaciones.
- Base de operaciones?
- Sí. Necesito tener un punto fijo en donde concentrar mis planes e investigaciones. Aunque viajo mucho, por lo que no frecuento mucho este lugar. Lo dejo a cargo de mis droides.

Entonces la nave entró a la atmósfera y conforme iba acercandose a tierra, se iba viendo una ciudad muy peculiar rodeado de muchas montañas, formaciones rocosas muy singulares y barrancos. Pero también, ese mundo tenía un aspecto muy tecnológico y diferente a lo que se había visto en otros puntos de la galaxia.
Y finalmente la nave descendió en una plataforma y ambos bajaron de ella y tomaron un transporte que los llevó a un gran edificio. Una vez ahí, un droide de servicio llevó las cosas de Síle mientras subían por un elevador.

Sin embargo, desde que arrivaron al planeta, Síle volvió a sentirse inquieta. Ella misma no lograba comprender por qué. Entonces, en su pensamiento, ella decía:

- Tengo un mal presentimiento sobre esto. Siento algo...una perturbación. Algo que no sentía desde hace mucho tiempo. Una presencia. No está lejos de aquí. Ojalá esté equivocada...

Pero Dax interrumpió su pensamiento mientras iban saliendo del elevador, rumbo al apartamento.

- Todo bien? te vuelvo a notar tensa?
- No. No es nada. No te preocupes.

Entonces, Dax movió la mirada. Parecía buscar algo o a alguien. Fue algo que de pronto pareció percibir.

- Ehhh...niña, aquí nos quedaremos un tiempo. Espero que te sientas cómoda. Ahora vuelvo.
- Adónde vas?
- No..., solamente quiero revisar algo que olvidé. Aquí espérame por favor.

Dax salió del apartamento a un paso apresurado. Algo parecía inquietarle. Algo que Síle también sintió. Entonces la jóven decidió seguir a Dax a escondidas. Sentía inquietud.

Mientras tanto, Dax salió del edificio y caminó hacia una zona llena de formaciones rocosas.

- Deja de esconderte. Sé que estas por ahí!!.

Gritó Dax. Entonces, un hombre miterioso con capa y vestimenta oscura apareció de la nada.
Síle salió del edificio en busca de Dax. Mientras, el hombre oscuro le habló a Dax.

- Veo que pudiste detectar mi presencia. Impresionante. Eres realmente impresionante. Mucho mejor de lo que creíamos.
- "Creíamos"?? no hables como si tu fueras el que me creó. Tú solamente eres un obstáculo en mi camino. Tanto Jedis como Siths deben ser erradicados en aras de cumplir con mi objetivo. No hay salvación para tí, Sith...
- En serio? no me hagas reír. Supongo que tampoco habrá salvación para la niña que te viene acompañando.
- No metas a la niña en esto. Ella es muy especial.
- Jamás esperaría que algo como tú pudiera tener sentimientos hacia alguien. Incluso haz permanecido en esa forma "humana", monstruo.
- Sentimientos? eso es imposible. Además, nunca subestimes un sentimiento hasta que realmente tengas uno. Por eso nadie lamentará tu fin.
- Tu irrupción en el planeta Malachor V jamás será perdonada. Mataste a varios de los míos; de los nuestros. Tú debías permanecer en nuestro lado.
- Ahora eres tú quien parece mostrar sentimientos.
- Tú no sabes nada, además, parece ser que tu amiguita se viene acercando. Supongo que no ha de saber todo de tí ¿o sí?

Y al terminar esa oración, Dax soltó un rápido golpe a la cara del Sith. El rostro del Sith comenzó a sangrar. Entonces, Dax lo cogió del cuello y lo comenzó a estrangular.

- Curioso que nos encontremos tan seguido. No sé cómo fue que nos encontraste hasta aquí. Pero te aseguro, esta será la última vez.

Pero el Sith se defendió empujado a Dax con la Fuerza.

- Nada mal, nada mal. Espero que ella no te importe demasiado...

Entonces apareció Síle, y con horror miró a Dax frente al Sith. Ella inmediatamente se dió cuenta que ese hombre era un Sith.

- Te dije que no me siguieras!! es muy peligroso!!
- Dax, no sabes a lo que te enfrentas, él es un Sith!

Pero el oscuro guerrero golpeó a Dax y se acercó a Síle.

- (Ahora más que nunca desearía tener aquí mi sable de luz) Qué es lo que quieres de él; de nosotros!
- Nada, simplemente venganza.

Y con un poderoso ataque, el Sith empujó con gran fuerza a la joven hacia una roca, dejándola inconciente por el golpe.

- Jajajaja, ni siquiera pusiste resistencia. Espero que no te importe si la mato, monstruo!!
- Ah...cometiste tu último error. Ahora que ella está inconciente, podré matarte como se debe.

Entonces, de la manga derecha de la chaqueta de Dax, salió una empuñadura muy extraña de sable de luz. Entonces encendió su sable, mostrando un extraño y único rayo blanco. También el Sith sacó un sable de luz y se lanzó con furia hacia Dax.

- Ahora sí me encargaré de que ya no seas más una amenaza para este universo, mostruo!!!

Y comenzaron a luchar. Ambos se movián con gran velocidad. Dax realizaba movimientos muy inusuales con el sable. Parecía leer todos los movimientos de su enemigo.

- Impresionante, Sith, pero veo que estás muy debilitado desde la última vez que nos enfrentamos. Puedo leer todos tus movimientos. Cometiste un grave error al haber atacado a la niña.

Entonces el Sith retrocedió y lanzó un poderoso ataque con los rayos de la Fuerza. Dax recibió el ataque, pero su cuerpo parecía absorber el poder de los rayos.

- Casi. Pero un ataque así no me detendrá. Ahora, te regreso tu propio poder.

De pronto, el cuerpo de Dax brilló y salió una descarga de rayos de sus manos. Le regresó su propio ataque, pero esta vez, aumentado. El Sith recibió un gran daño.

- Maldición!! no puede ser!
- Impresionado? no debiste subestimarme. Ahora ya no habrá una siguiente oportunidad para tí.
- Adelante, mátame. Veo que jamás serás de ayuda para nadie, ni siquiera para los Sith, los que te hicieron lo que eres. Un mostruo como tú debe tener demasiado odio en sí para hacer todas esas atrocidades. La pregunta es ¿qué odias tanto para que hagas todo eso?
- A mí mismo...

Y de un solo golpe, el Sith quedó decapitado. Dax se quedó pensativo mientras veía el cuerpo muerto del Sith, y el cuerpo inconciente de Síle. Entonces se miró a sus propias manos.

- ....Qué es lo que han creado estos Sith? ah....

Entonces desapareció el cuerpo del Sith y se llevó a Síle de vuelta al apartamento.

Ken Kenobi dió un vuelo de reconocimiento antes de entrar en el Templo Sith de Korriban, en su chequeo vió dos cazas cerca del templo por lo que debia haber alguien dentro..

Ken a pesar de ello aterrizó pues sabia que en ese templo estaba su destino.

-¿Que debo buscar?-Preguntó
-El cristal rojo, debes adentrarte mas en el Lado Oscuro si quieres obtener mas poder. Guiate por la Fuerza y lo encontrarás

Ken extendió sus sentidos y se confió a la Fuerza , vió que en el Templo Sith habia una presencia muy poderosa.
Dejandose guiar por sus instintos fue acercandose a esa poderosa presencia que sentía a medida que se acercaba al Templo la notaba mas cerca, se adentró en el Templo a paso ligero sin mirar alrededor en ningun momento. Queria encontrar la fuente de ese poder cuanto antes, si lo conseguia sumar al suyo realmente obtendría un poder con el que seria capaz de destruir al Emperador.

Entró en una sala muy amplia en la que habia un gran pasillo, le recordó a las salas del trono, en esa sala percibio que el poder estaba muy cerca. Debia encontrarse en el trono fue acercandose lentamente, no podia creer que fuese tan fácil....

-Te esperaba.- Dijo una voz proveniente del trono.
-¿De que me conoces? ¿ quien eres?- Preguntó el Maestro Jedi.
-No te conozco, pero te percibí de que entraste en la atmosfera.- Dijo la sombra.
-Muestrate - Le imperó Ken
-A pesar de que posees el poder del Lado Oscuro sigues teniendo la arrogancia y la imperatividad de un asqueroso jedi.- Contestó pesaroso.

Cada vez se hacia mas visible la ``sombra ´´ estaba en una posición como si estuviese aburrido, tenia el codo apoyado en el brazo de la silla y sujetaba su cabeza con el puño, daba la sensacion que esto le parecía ...cansino.

-¿Quién eres?- Ken Kenobi repitió la pregunta.
-Mi nombre es Kalas Fett, soy un Lord Oscuro del Sith, ahora es cuando me toca preguntar ¿que quieres?-
El cristal , quieres el cristalOyó la voz cascada de Ihcir en su interior.
-Quiero que me des el cristal.-Ordenó Ken con arrogancia.
-Aqui las cosas no se dan, se ganan- Le espetó Kalas
-Te arrepentirás de ello- Dijo Ken amenazante.
Recurrió a la Fuerza para estrangular a su oponente, pero Kalas ni se inmutó
-Jajajajaja, ¿Crees que seria tan fácil? ¿Me tomas por un novato?-Kalas se reía de buena gana estaba claro que no tomaba a su oponente enserio.

Ken decidiendo que esta batalla no se ganaría usando la Fuerza encendió su sable ámbar en la mano zurda, y el azul en la diestra.
Kalas dejó de reír y su semblante cambió a seriedad absoluta, al parecer sus anteriores sospechas habian sido falsas, Kalas se tomaba el combate enserio, encendió su sable rojo, y se puso en postura defensiva.

Ken recurrió a la Fuerza y dió un sprint hacia él, estaba decidido a cumplir su destino y ni cien Lord Siths lograrian pararlo, saltó y el sonido de sus sables al entrechocar fue oído en toda la sala.

-Jedis, siths...¡Maldita sea!¿Es que esa gente no se cansa de ser exterminada una y otra vez?- Las palabras de Dante tuvieron un ligero eco en el despacho del Emperador. El Gran Almirante no ocultaba su fustración ante las recientes noticias que provenían de diversos puntos de la Galaxia. Rumores que, pudiendo ser ciertos o no, no dejaban de ser preocupantes, viejos recuerdos del pasado que volvían de nuevo a hacer su aparición en el centro mismo de la Galaxia.

-No, no se cansan, al igual que la gente no se cansa de vivir.- Dalen permanecía en silencio, sentada delante de su escritorio, con expresión marcial, cansada.

-¿Qué quieres decir?-

-Es la voluntad de diferenciarse del resto. De ser únicos.- El Emperador se recostó sobre el acolchado respaldo de cuero del sillón y señaló con las cejas el pequeño minibar de la estancia para que Dante sirviese un par de copas.-Cerca de aquí hay un establecimiento en el que los de administración suelen encargar el café para mi despacho. El dueño del establecimiento asegura que su café es el mejor de toda la ciudad. ¿Realmente es cierto?¿Entre los millones de habitantes de Coruscant no habrá nadie que lo prepare mejor?¿Nadie? Lo veo complicado...al fin y al cabo ¿quién no puede preparar un buen café?-

-Incluso un niño...-comentó Dante mientras saboreaba un buen trago de la copa.

-Exacto, incluso un niño. Es una actividad mundana. Sin embargo, ¿cuánta gente puede hacer lo que hace un usuario de la Fuerza?¿Cúantos pueden aspirar a correr tanto como ellos, a saltar tan alto o a mover objetos con el aparente poder de la mente? Es muy fácil creerse un auténtico elegido si tienes semejantes poderes, creerse diferente y que los demás piensen que lo eres. Que eres único y por ello debes aspirar a algo más, porque estás por encima de los demás. Pero no, no son héroes, simplemente son mentes egoístas que piensan que por ser diferentes son superiores a los demás. Por eso vuelven, porque no podemos acabar con la voluntad del hombre por ser algo más.-

-¿Y por qué se empeñan en derrotarte?-

-Porque si lo logran, será lo más cerca que pueden estar de convertirse en una leyenda...- el Emperador se dejó llevar un momento por el embriagador tacto del silencio y esperó, pausado mientras disfrutaba de la bebida. Después, presionó un botón.

-Que preparen mi transporte.-

-¿Qué tienes en mente?-preguntó Dante Oviedo.

-Darle a alguno de nuestros "amigos" la oportunidad de ser una leyenda.-

Kalas sujetaba su sable por encima de su cabeza en posicion horizontal, encima de el, las dos hojas de los sables de Ken, el cual, estaba sujeto en el aire.
Kalas se hecho hacia atras y aparto su sable haciendo que Ken pusiera los pies en el suelo y que sus hojas no dieran al Lord Sith.
Ambos contendientes se colocaron en posicion, Ken estaba de perfil con ambos brazos estirados, el derecho lo tenia hacia alante, el izquierdo hacia atras, en cada uno tenia un sable laser. Kalas estaba de frente a Ken, tenia su sable en la mano derecha, estaba apuntando al suelo.
De repende, ambos empezaron a luchar, el duelo era como una danza, era hermoso, pero si uno cometia un error o perdia la mas minima concentracion caeria inexorablemente ante su rival. El combate se estaba alargando mas de como Ken deseaba a Kalas le daba igual, se divertia, hacia tiempo que no se enfrentaba a nadie como Ken, ambos contendientes volvieron a sus posiciones.

-Acaba con él, se esta alargando mucho, a que esperas Ken, debes obtener el cristal usa tu ira

Tras escuchar estas palabras en su mente Ken cambio su modo de orientar el combate, ahora era muy agresivo, por lo que Kalas paso a una actitud mas defensiva tras varios golpes los tres sables se quedaron pegados, era una muestra de poder, el que consiguiera atinar a su adversario seria mas poderoso.

-Kalas: Siento mucha ira en tu interior, odio, sentimientos de venganza e incluso miedo...
-Ken: Miedo, miedo yo, jamas, te vencere y obtendre el cristal rojo.
-Kalas: Miedo, si, mucho miedo, miedo al fracaso, deja que el Lado Oscuro guie tu camino, solo asi podras vencerme y obtener lo que tanto ansias, muestrame que el Lado Oscuro guia tu camino y te entregare el cristal.
-Vamos Ken te esta vacilando, acaba con él, ¡acaba con él!

Ken dio un salto hacia atras, iba a volver a atacar a Kalas, pero el Lord Sith empezo a atacar antes de que Ken terminara el salto, las tornas habian cambiado, ahora era Ken el que se defendia y Kalas el que atacaba, era un duelo brutal, ambos contendientes no darian su brazo a torcer, estaban dispuestos a morir si conseguian aniquilar a su rival....

CONTINUARA....

Ekans ordenó al ordenador que arrancase los motores de la nave, poco a poco sus alas volvieron a su posición de vuelo y fue separándose del terreno.

-¿Hacia dónde vamos?-Preguntó Ekans
-Hacia ningún lugar en concreto-Dijo Brock acercándose al cazarrecompensas.-En cuanto a lo de la recompensa…
-Me lo temía, aunque creo que es por una buena causa y… por una vez en la vida, creo que debería hacer algo en ese sentido
-Gracias-Dijo Ihcir dándole una pequeña palmadita en la espalda.-En cuanto a vosotros dos, JJ, Brock… tengo algo importante que contaros

Konker, se alejó y se fue a sentar al lado de Ekans que al verle a su aldo le fulminó con la mirada al recordar que por ese chico se había metido en una aventura que le había supuesto más gastos que ingresos, cosa poco aconsejable para un cazarrecompensas que trabaja por sí mismo.

-Sujétame esto ¿Quieres?-Dijo el cazarrecompensas dándole su cigarro para poner el control manual en la nave.-Gracias

Mientras tanto, en la parte de atrás Ihcir les contaba en qué había consistido su cautiverio.

-Cuando os capturaron, Brock, yo intenté rescataros pero en eso me vi en un patio rodeado de soldados imperiales y me enfrenté al emperador, la verdad es que en principio pareció un combate justo, sin sables ni vibroespadas, mano a mano, pero sus soldados tenían la orden de intervenir en cuanto la cosa se les pusiese fea y debido a eso me capturaron… no llegué a ver a nadie más, después de eso me torturaron varios altos cargos del imperio, al emperador tampoco le volví a ver-Dijo haciendo una pausa.- querían romper la conexión de los individuos con la fuerza… me inyectaron sangre de ysalamiri, y por lo que parece su experimento ha dado éxito, no puedo recurrir a ella, la siento… ha desaparecido
-¡Mierda!-Gritó Brock- Por eso no sentí tu aura
-¿Cuánto tiempo llevas así Ihcir?-Preguntó JJ
-Realmente 10 años, aunque he estado congelado en carbonita, por lo que en realidad serán unas semanas.
-Maldito imperio…-Brock seguía recordándose a sí mismo los motivos por los que luchaba
-De todas formas… creo que… tu sangre se acabará limpiando-Apuntó JJ.- Tal vez deberíamos intentar colarnos en la colonia de Polis Massa, tienen buenos médicos allí.
-¿Podría volver a estar al 100%?-Preguntó Ihcir
-No lo sé, pero tienen máquinas que podrían realizarte una hemodiálisis, en unas horas estarías bien, no al 100% porque es un proceso que debilita bastante pero… pudiendo conectarte con la fuerza de nuevo te recuperarías en poco tiempo.
-Suena bien-Dijo Brock llevándose su mano derecha al mentón

Mientras en un Destrucotr Estelar perdido en algún punto del cielo profundo...

-¿Tenías un jedi vivo?- la figura holográfica de Dante Oviedo se movía nerviosa dentro de su pequeño círculo de proyección.

-Sí, pero no te alarmes todo forma aprte del plan.- el Emperador estaba de pie en el puente del Destructor, cerca de la azul figura de su amigo.

-¿Plan?-

-Claro, digamos que nuestro querido ihcir sirve a los intereses del Imperio.-

-¿Cómo es posible?-

-Muy sencillo. Necesitaba un salvoconducto por si los jedis resurgían, necesitaba algo que jugase de nuestra parte llegado el caso. Les derrotamos una vez por la fuerza de las armas, los jedis habrían aprendido la lección, necesitaba algo más. Y nuestro querido Ihcir es eso que necesitábamos. Mientras estuvo en cautiverio le hicimos una serie de pruebas y además...le colocamos un localizador de largo recorrido alojado en su preciado cráneo.-

-Una onda de radio...-

-Eso es. Por eso Ihcir lleva tantos años vivo y por eso permití hace unas semanas que ese estúpido cazarrecompensas entrase en mi despacho y obtuviese los planos del cautiverio del jedi.-

Un oficial de primera se acercó al Emperador.

-Señor, hemos calculado la trayectoria del objetivo. Se dirige a Polis Massa. Si nos apresuramos llegaremos a la órbita del planeta antes que ellos.-

-Bien hecho oficial...preparen el salto.-