FAN-FORUM WARS. Partida X: La Edad de los Héroes


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15 años 6 meses antes #13 por konk7er
Konker aterrizó en una estación espacial de camino a Coruscant.El cansancio acumulado y la última y sorprendente conversación con un desconocido le quitaron las ganas de seguir.Ahora tenían un doble problema: no solo tenía que rescatar a un recluso,sino que ese recluso había participado en una guerra contra el Emperador.Estaba de mierda hasta el cuello.

Aterrizó en una plataforma,junto a más naves de carga,y bajó de la nave.Vio que en otra plataforma había una gran cantidad de vehiculos lujosos,lo que le hizo pensar que había gente adinerada por allí.Salió caminando de la estancia,y se dirigió a la cantina.

Al llegar,vio que estaba repleta de gente,aunque aun quedaban asientos en la barra.Se dirigió a uno y se sentó.

—¿Que te pongo? —Preguntó el barman,acercandose
—Un baso de agua

El barman se lo sirvió,y se la bebió de un trago.Había pedido agua porque era gratis,no podía desperdiciar el dinero.A su lado,un par de hombres adultos hablaban de el último golpe de un tal Krayt Ekans,parcían entusiasmados.

—Ese Tsul no volverá a molestar nunca más —Dijo uno de los hombres— Debieron mandar a Ekans el primero
—Si,es increible la habilidad de ese tipo —Continuó el otro— Por lo visto es uno de los mejores cazarrecompensas de la galaxia.No sabía de su existencia,pero ahora...puede que le mande algún trabajito.

Konker llamó al barman,y este se acercó,mientras limpiaba un vaso.

—¿Es verdad que ese tal Krayt Ekans es tan bueno?
—Lo es —Contestó el Barman— Lo que es realmente extraño es que no lo hayan reconocido como el mejor cazarrecompensas de la galaxia...
—¿Dónde puedo encontrarlo?

El barman miró hacia los lados,se dio la vuelta,y le dijo a Konker que le siguiese.Lo llevó hasta una puerta algo alejada.La abrió,y entraron en una sala.La voz de un hombre resonó en las paredes,mientras este miraba a Konker de arriba a abajo.

—Ey Ferd,¿que pasa?¿ahora tengo que hace de niñera?

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15 años 6 meses antes #14 por moff dalen
Como cada quincena el Consejo Imperial se reunía en el Centro de Mando. Por supuesto, no siempre podían asistir todos los miembros en persona, sin embargo, estarían presentes a través de proyecciones holográficas.

El Consejo estaba liderado, como era de esperar, por el mismísimo Emperador Dalen, verdadero núcleo del Imperio y cabeza por la que debían pasar todas las decisiones de relevancia. Además, en un sistema como el adoptado por el Imperio, el ser el cargo militar más alto existente también era clave.

El resto de miembros eran la élite del Imperio. Mucho de ellos eran oficiales que habían servido a las órdenes del mismo Emperador o del Almirante Oviedo, ocupando cargos altos, donde el compromiso y la fidelidad eran claves. Eran los pocos hombres a los cuales el Emperador les revelaría algo clave. Y por supuesto, ellos eran el Imperio.

A pesar de su carrera en el ejército, su experiencia no se sabe exclusivamente en lo militar. Cuando el Imperio llegaba a un sistema estelar, lo conquistaba, pero el trabajo no terminaba ahí. Una vez pacificados los diferentes planetas, la máquiona administrativa imperial entraba en funcionamiento, añadiendo ese sistema, mediante instituciones, cargos y seguridad al inmenso entramado que formaba el Imperio. Aquella red de proporciones galácticas era un sistema perfectamente jerarquizado, llegando toda la información a menos de aquellos privilegiados, de aquel Consejo Imperial y, por supuesto, del Emperador.


La reunión estaba discurriendo entre qué sistema de impuestos se debería adoptar para los componentes de obtención de agua marina destilada, cuando algo les interrumpió. Un acalorado secretario ataviado con el característico uniforme negro entraba en la sala proveniente de una fugaz carrera.

-Señor, Emperador. Alguien ha entrado en su despacho...-

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15 años 6 meses antes #15 por Maestro Ricardo
Ekans había sido persuadido de hacer un trabajo que, si llegaba a acabarlo le otorgaría el grado de mejor cazarrecompensas de toda la galaxia, además la cantidad a sumar en su cuenta corriente era muy tentadora, pero en algún modo, Ekans quería ponerse a prueba, debería ir al corazón del Imperio que una vez juró proteger con su vida, para hacer todo lo contrario.
El objetivo: Ihcir Flent, por lo visto un tipo demasiado interesante, Ekans también sabía que más que nunca, estaba vendiendo su alma al diablo con ese empleo, pero una parte de él ya estaba muerta y la otra tenía ganas de emociones fuertes y ese trabajito… las prometía.
El cliente: Un joven de 17 años que servía de enlace con alguien, por lo visto con muchos recursos, el chico en cuestión daba la sensación como si aquella situación le hubiese sobrepasado, tímido y nervioso, los únicos datos que dio fue el nombre del objetivo, sin apellidos, el resto del trabajo lo acabó el ordenador de la Iridium que en la base de datos encontró una única coincidencia, Ihcir Flent, antiguo cazarrecompensas, desaparecido hacía 10 años.
La lanzadera tipo Lambda entró en la atmósfera de la capital imperial usando una de las antiguas claves de acceso de Ekans en sus días como comando, él sabía que esas contraseñas no caducaban nunca y que eran iguales para todos los commandos, esa era la única parte fácil del trabajo, entrar en el planeta…

-Ordenador, abre la escotilla, voy a volar por mi cuenta-Dijo Krayt ajustándose el casco y comprobando unas especie de almohadillas en sus rodillas y sus guantes, para esa misión dejaba su vieja gabardina verde, cuantas menos cosas mejor, eso sí, no perdonaba la cajetilla de tabaco ni su encendedor, su amuleto.
-Abriendo escotilla, tenga un buen viaje-Contestó la voz metálica a la vez que el suelo sobre el que se encontraba Ekans cedía y le dejaba caer al vacío.
El cazarrecompensas pudo sentir un nudo en el estómago a causa de la gran velocidad a la que descendía sobre el antiguo Senado, en esos días, el Centro de Mando.

Ekans iba repasando mentalmente lo que le esperaba, unidades de vigilancia remota sobrevolando la zona, guardias en los alrededores, guardias en el techo, guardias en los pasillos, guardias hasta en el cuarto de baño... cuando de pronto divisó ya una de las cosas de las que se acababa de acordar, una unidad cypher de vigilancia remota que patrullaba por encima del Centro de Mando, la mejor opción, caer encima de ella y evitar se grabado por la cámara que llevaban en el centro de su estructura.
Y así fue, inclinó su cuerpo para acelerar en el aire y buscar el contacto con el bichejo metálico. La cámara captó un brusco movimiento hacia abajo pero que poco a poco volvió a su altura original.

-¿Qué ha sido eso?-Preguntó un miembro de la unidad de vigilancia del Centro de Mando que se ocupaba de controlar lo que esa cámara mandaba a su departamento
-Será un movimiento del aire, hoy anunciaban fuertes ráfagas de viento, estate tranquilo-Le contestó su compañero.

Ekans contuvo un quejido de dolor, esperó cinco segundos para estar seguro de lo que iba a hacer y se soltó del cypher, ahora directo hacia el tejado del Centro de Mando, debería estar muy fino para llegar hasta allí y no ser visto, la caída duró unos escasos tres segundos, en los que pudo divisar a dos guardias que patrullaban la zona, de punta a punta, en sentidos opuestos. El cazarrecompensas sintió un gran golpe en su cuerpo, afortunadamente, las almohadillas que se había colocado en manos y rodillas suavizaron el golpe, tanto en dolor como en sonido, no le convenía ser oído, nada más caer, tras contener su dolor una vez más, se puso boca arriba y echó un vistazo a los lados, los guardias acababan de llegar a sus correspondientes esquinas y se dirigían hacia él, por suerte no le habían visto aún.
Estiró su pierna derecha, la arqueó y encogió con rabia para resbalar por el tejado del gran edificio y llegar hasta el saliente más cercano, mientras resbalaba sacó de un compartimento cercano a su espalda un garfio, que con suerte, le salvaría de una caída por el saliente del tejado.
Finalmente el garfio cumplió su cometido, Krayt ahora se encontraba literalmente colgado del tejado del edificio, ahora sí que no pudo contener sus emociones y dejó salir de su boca un suspiro de alivio.

-Me estoy haciendo viejo-Dijo a continuación y acto seguido sacó su mechero y se lo pasó por las almohadillas de sus guantes y sus rodillas, que inmediatamente empezaron a reaccionar con el calor y las almohadillas se convirtieron en una masa muy pegajosa que le permitió pegarse a la pared del edificio y comenzar el descenso.

Soltó el garfio una vez tenía ya sus manos pegadas al edificio y descendió hasta una rejilla por la que entraba el aire para ventilar el edificio, sacó de otro compartimento trasero de su cinturón un pequeño soplete láser para abrirse paso por la rejilla y acceder al conducto de la ventilación.
Una vez dentro fue reptando sin hacer mucho ruido, siguiendo a alguna que otra rata womp que se encontraba a su paso en busca de una salida, a su paso por los conductos, pudo ver tras otras rejillas, un baño, una gran sala con altos cargos militares que discutían a cerca de unas maniobras en algún planeta cercano al núcleo.
Llegó un momento en el que se situó en un cruce, podía ir hacia abajo, izquierda o derecha, si algo recordaba de sus anteriores visitas al edificio, en las que por supuesto había accedido por la puerta delantera como todo imperial, el lugar al que quería ir estaba bastante más abajo, así que volvió a hacer uso de las almohadillas pegajosas y siguió descendiendo por el conducto que tenía al frente, hasta llegar a su objetivo, se aseguró que en la sala no había nadie, había llegado hasta el mismísimo despacho del Emperador
Usó el soplete y abrió la rejilla hacia él, se apoyó en la obertura y se tomó un tiempo para descansar, encendió un cigarrillo y soltó la bocanada de humo hacia el despacho, no había láseres de seguridad a esa altura, se asomó un poco más y volvió a repetir el proceso, ahora sí, dos filas de láseres protegían el suelo del despacho, una a ras de suelo, para evitar que alguien pudiese pasar caminando y otra algo más arriba, para evitar que alguien pudiese entrar volando, al imperio no le interesaba que nadie se colase ahí sin la aprobación del emperador, pero Krayt Ekans tenía que llegar hasta el escritorio del emperador y debía esquivar la primera fila de láseres, afortunadamente para él, eran fijos, así que se evitaría complicaciones innecesarias, usó su pistola arpón y disparó contra el conducto de aire en el que estaba y se volvió a enfundar la pistola y comenzó a descolgarse lentamente del conducto, con cuidado de no tocar los láseres y evitar que saltase la alarma general, en un sitio como ese, no duraría ni dos segundos.
Cuando llegó al escritorio, accedió al ordenador… lo extraño era que no tenia clave, tal vez fuese una trampa, por lo que empezó a teclear a toda prisa el nombre de Ihcir Flent, acto seguido apareció en la pantalla las palabras jedi, THX 1138 y Kessel, una combinación letal pensó Krayt, memorizó los datos y dejó escrito en el ordenador: “El dragón Krayt vuelve a estar hambriento”
Pulsó un botón y el cable que unía la pistola con el conducto de ventilación comenzó a acortarse, oyó unos soldados acercarse hasta el despacho, tal y como había pensado, era una trampa, pero tenía que salir de ahí como fuese y no tenía tiempo, cerró el conducto de ventilación y comenzó a ascender a través de él de nuevo hasta el cruce de conductos, tomó el mismo por el que había entrado, al pasar por la sala donde estaban reunidos los peces gordos del ejército imperial, vio que la sala estaba vacía y que había una luz roja parpadeando sobre la mesa, el pánico quiso apoderarse de su cuerpo y de su mente, pero sus años de entrenamiento evitaron que se produjese tal cosa, el sistema de seguridad del complejo había saltado, y notó como el aire del conducto, pasó a ser un aire muy denso y viciado, a los pocos segundos pasó a ser realmente molesto y notaba como de sus ojos brotaban las lágrimas, así que al sentir con sus dedos la siguiente rendija, sacó de nuevo su soplete láser y la abrió, dejándose caer encima de un soldado imperial que estaba haciendo sus necesidades.

-Sí, es lo que parece, soy un mirón, pero no te preocupes no te acordarás de nada cariño-Tras decir eso, Krayt, todavía semi cegado por el gas del conducto de ventilación, asestó un fuerte golpe en el cuello del soldado a quien le arrebató la armadura y el casco, dejándole inconsciente y con su ropa tirado encima del retrete.

Según salió del compartimento se encontró con otro soldado

-Puff, está atascado-Dijo el cazarrecompensas tocándose la barriga.-Algo no me ha sentado bien.

Y juntos salieron del baño para dirigirse hacia donde el resto de soldados se dirigían, a los alrededores del despacho del emperador, alguien había entrado ahí dentro y alguien tenía que pagar por ello.

fima?xD

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15 años 6 meses antes #16 por konk7er
La noche era muy oscura en Coruscant.Cerca de laz azoteas de los grandes edificios estaba bien iluminada,pero por los bajos fondos el asunto era muy distinto.El entremado de callejones estaba oscuro,humedo y frío.

Un hombre de pelo blanco y corto caminaba por uno de esos callejones.Con barba de tres dias y una estatura media,sus pasos resonaban como si estuviera en una cueva.Pero no lo estaba.Se acercó a un local que,pese a las altas horas de la noche,seguía abierto.Abrió la puerta.

Cuando entró,escudriñó el interior.Solo había 4 personas,contando al barman.Los otros tres parecían estar haciendo apuestas ilegales mientras bebían alcohol.Uno era humano,otro rodiano y,por ultimo,un cereano.Cuando el nuevo invitado se acercó a la barra y se sentó,empezaron a murmurar.

—¿Qué te pongo? —Preguntó el barman,que era humano
—Pongame un café,gracias
—¿Un café? —El barman soltó una sonorá carcajada— Esto es un bar,no una reunión de señoritas.
—Hablando de bares...He oido rumores de que hay un bar por aqui cerca,pasado de moda,donde no se paga con dinero...pero si con la vida.

El rodiano se levantó y se dirigió hacia el hombre con una botella rota en la mano.Los otros dos clientes también se levantaron,pero se quedaron espectantes.

—¡¡¡Te conozco!!!—Dijo el rodiano,mientras se dirigia a su victima,dispuesto a matarla— Tu eres...¡¡¡BROCK ENFEAR!!!

Un disparo dio de lleno en la frente del rodiano.Cayó al suelo,fulminado.El hombre,que ni se había dado la vuelta,le había disparado por encima del hombro.

—¿Y qué si lo soy?

El humano y el cereano se avalanzaron sobre él.Consiguió parar el puñetazo del humano,agarrando el puño con su mano,pero el cereano acertó en la cara.Brock le miró fijamente a los ojos.

—No está mal...

El techo del local se hizo trizas,destruido por una gigantesca vibroespada.Brock la agarró por el mango antes de que llegase al suelo,y partió en dos a sus contrincantes.Brock se giró y miró al barman,que estaba aterrorizado.

—No me mates...
—Tienes 1 minuto para salir de aqui.

Un minuto después,Brock salía del local,y cuando se alejó lo suficiente,este voló por los aires.

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15 años 6 meses antes #17 por Kalas Fett
El jedi seguia en el tanque de bacta, los tres miembros de la nave coreliana estaban en la sala medica, observando a su "paciente". Entonces el jedi se movio, fue un movimiento algo rapido, dificil de percibir, pero uno de los tripulantes se dio cuenta de ese moviento.

- Tripulante 1: Capitan el jedi se ha movido, ha movido la mano.
- Capitan: No diga tonterias Sandro, esa mania suya de los jedis oscuros es un cuento de miedo.
- Sandro: Pero capitan no es ninguna tonteria, ademas, si los jedis existen porque no los sith.
- Capitan: Los sith se extinguieron antes de la llegada al poder del Emperador Dalen y sus ejercitos.
- Tripulante 2: Eso es cierto Sandro, por cierto capitan, ¿Cual era nuestro destino?
- Capitan: Otra vez Jack, el plan es el mismo que antes de la llegada de nuestro invitado.
- Jack: Pero capitan, es que no me acuerdo del plan.
- Capitan: Te lo repetire pero por ultima vez. El plan es llegar al sistema Tatooine y alli venderemos nuestra mercancia y nos sacaremos un dinero, y con nuestro amigo el jedi, pues o podemos hacer como dijo Sandro de venderlo al Imperio o en Tatooine al mejor postor, seria pensarlo en cuanto lleguemos.
- Voz extraña: Ya he oido suficiente, morid.

El jedi cerro el puño y los tres tripulantes empezaron a tener una respiracion cada vez peor, hasta que poco a poco fueron muriendo cada uno por axficsia.
De repente el tanque revento y el jedi salio de el y abandono la sala, no sin antes decir.

- Jedi misterioso: Nadie decide mi destino solo yo.

Dejando en ella, un tanque de bacta destruido y tres cadaveres
..... (Continuara)

«Korriban será lo que siempre ha sido. Un cementerio para los más oscuros Lores Sith, todavía susurrando en sus tumbas. Será siempre una fuente para el mal, sembrando amenazas a través de los milenios.»

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15 años 6 meses antes #18 por Moon
Coruscant. La joya del Imperio.
Xiaoyu se encontraba allí, observando las innumerosas y extrañas vidas del centro del Imperio. Como antes lo fue de la República.
Un planeta que era una ciudad interminable.
Con muchos tipos de vida. Alienígenas, humanos, incluso quizás una extraña especie propia que vivía en los suburbios más contaminados.
Xiaoyu había llegado allí con un extraño destino.
Busca a Moff Dalen, emperador.
Enemigo y amigo, en el objetivo de tomar venganza contra los que cree que fueron responsables del asesinato de su familia, menos ella y un primo lejano, perdido por el universo.
Xiaoyu hablo con un droide a su servicio:
- C3PX, estamos en Coruscant.
- Sí, mi señora.
- Obten la información que puedas mientras te paseas por Coruscant, tu, mi pequeña sorpresa. ¿O tendría que decir, mi pequeña chatarra?
- Gracias, mi señora. Ya sé que aunque parezco y herede la estructura más básica de un droide de protocolo, gracias a sus diversas manipulaciones soy algo más que eso. Tengo varios cerebros. De droide astromécanico y de droide cazarrecompensas. Aparte, de mi original programación. Y de una gran memoria, más allá de un droide de construcción industrial.
- Sí. Y que lo digas.
- Pero tengo una pinta peor que la de un desnudo C3P0, tan, extraño y neurótico. Metales desgastados. Una apariencia que destaca y no enseña mis verdaderas cualidades.
- ¿Pero que sabes del gran hombre y de su imperio?- preguntó con una voz exigente Xiaoyu-.
- Inteligente, militar y político, el Imperio está basado en dos grandes personalidades, Dante Oviedo, y el Emperador, el cerebro detrás de todo.
- ¿Como llegaron al poder?.
- Bajo la presión a un sistema que empezaba a tener demonios detrás de todos sus hilos. Poco a poco, primero, y luego, rapidamente, mediante brillantes estrategias, fueron socavando el poder antiguo, para llegar al Imperio.

Y estan ambos y otro hombre, con insignias de cierto rango imperial, allí. No, muy alto. Pero si un intendente militar, que sabe de materiales y reservas para los soldados del Imperio.
En una habitación destartalada y perdida de Coruscant.
Mediante la Fuerza aquel hombre está siendo ahogado. Pero sin forzar demasiado.
Con una voz furiosa le habla una mujer:
- Dime, soldadito de plomo... ¿Cuanta información tienes, novato?.
- Ninguna...- dice mientras le vuelve a dejar respirar-.
- ¿Seguro?- dice Xiaoyu mientras un sable láser de hoja amarilla escapa hacia las manos de Xiaoyu con su hoja abierta. Con una pequeña estocada hiere al soldado.
- No, por favor, jedi... Dejame vivir... No contaré nada de lo que ha pasado aquí. Aquí te doy esta pequeña información holográfica encriptada de cáracter medio, con algo de importancia.
¿Eres un jedi?. ¿No habían caído todos?.

Mientras recoge el pequeño objeto que le da el soldado, le degolla con su hoja amarilla y pronto deja un pequeño explosivo de pequeña potencia pero suficiente para no dejar pruebas.

- ¿Yo?. ¿Una dama jedi?. Yo, no soy un jedi, soy, una usuaria de la Fuerza que la utiliza para sí misma. Ni antigua leyenda sith, ni una jedi oscura.
En cuanto a ti, te merecías esta muerte, verdugo inocente de muertos en la Guerra.

Maestro Jai de DW.



Buscando consumir las étereas voces en el silencio.

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