FAN-FORUM WARS. Partida X: La Edad de los Héroes


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15 años 7 meses antes #55 por General Grievous
Era una noche lluviosa. Síle iba de regreso a casa con Ophelia y Liam. Tal parecía que el estado interior de Síle se reflejaba en la oscura noche y la incesante lluvia. La joven había tenido experiencias muy fuertes para su corta edad y la vida ha sido muy dura con ella desde entonces, sin embargo, ha demostrado mayor fortaleza como nadie más. Un día más. Síle llevaba cargando consigo día a día su enigmático pasado aunado con su difícil presente, pero mirando siempre hacia un futuro más brillante y prometedor. Y por hoy, por fín había terminado su día de estudios y labores. Ya era hora de regresar a casa.

Mientras tanto, en las penumbras de Coruscant, en un almacén abandonado un hombre corría y corría. Parecía que alguien lo perseguía. Se le veía asustado.

- Algo te paso. Por favor, dejame ayudarte!!
- ......
- No eres tu mismo. Dime quién te hizo eso!!!

Gritaba desesperado a otro hombre que actuaba de una manera muy extraña. Parecía tan....inhumano. Entonces, el perseguidor alcanzó al asustado hombre.

- Patético humano...
- Qué es lo que quieres de mí!!!....eras mi amigo...!!
- Ahh....el miedo....

El hombre respiraba agitadamente. Aparentemente su amigo había sido cambiado de una manera muy extraña.

- ...Aquí lo tengo, señor....
- De..de quién hablas?!

Y llegó una figura envuelta en una capucha. ¿Quién era? eso no lo sabían. Entonces se acercó a los dos hombres y les dijo con una voz monstruosa:

- No tienes por qué asustare...no. Soy tu amigo, te ayudaré.

De pronto salieron unas cosas de aspecto orgánico de los dedos de esa misteriosa figura. Esas cosas entraban por los oídos. Los gritos de la víctima eran fuertes y sólo se veía cómo su cuerpo se movía agitadamente. Pero pronto cesaron los gritos y la víctima quedó inmóvil, pero no muerta. Entonces se levantó y mostraba un semblante aterrador en su rostro. Como si tuviera cara de terror. Entonces sus ojos se volvieron todos blancos pero inmediatamente volvieron a la normalidad así como su expresión facial. Algo fuera de lo ordinario le había suceido.

- Ahora ustedes dos ya saben qué hacer. Vayanse.

Les ordenó la misteriosa figura, y así ambos hombres, obedeciendo como autómatas, se marcharon sin rumbo fijo mientras que el extraño individuo desapareció entre las sombras.

Y mientras todo eso sucedía, Síle continuaba su recorrido de regreso a casa. Angustiada, prefirió acelerar el paso, pues dos hombres se le quedaban mirando de manera sospechosa, y ella lo notó.

- Espera, pequeña. Queremos hablar contigo. No te servirá de nada huír. No lo hagas más difícil, no tienes a donde correr.

Y al escuchar eso, Síle corrió aún más.

- Jajajajaja, si así lo quieres...

Con esa risa macabra los dos hombres corrieron hacia ella. Síle estaba muy espantada, no sabía qué hacer. Pero de pronto, apareció el segundo hombre justo en frente de ella.

- Es inútil correr...

Entonces el segundo hombre comenzó a tocar el rostro de Síle de manera muy sutil.

- Es una lástima que seas tan joven para morir. Jajaja, no te preocupes, te prometemos que te gustará....

Al oír esto, Síle forcejeó con sus dos atacantes. Sin embargo fue inútil, pues esos dos hombres la atacaban de manera despiadada. Uno de ellos logró arrebatarle a la joven un relicario que aparentemente ella valoraba mucho.
Entonces, se acercó una figura. Era un hombre con una gabardina negra y sombrero negro...

- Déjenla en paz!

Y en ese momento, Síle cayó inconciente y el hombre del sombrero comenzó a luchar contra los dos atacantes. Entonces el hombre recién llegado les dijo:

- Bien, bien...ya hicieron su trabajo. Ahora ya no los necesito.
- ¿De qué hablas? quién eres tu?!

El hombre del sombrero no contestó y sacó una pistola y mató a uno de los atacantes. El segundo hombre continuó atacando pero no sirvió de nada, pues súbitamente fue cogido del cuello y con gran facilidad se lo rompieron. Entonces el hombre del sombrero pensó:

- Bien, ahora debo desaparecerlos. Esto nunca sucedió. Nadie sabrá de su muerte...

Pero antes de hacer algo, recuperó el relicario que uno de esos atacantes le quitó a Síle. Una vez hecho eso, de las mangas de la gabardina del hombre salieron unos misteriosos parásitos robóticos que medían unos 5 cm de largo aproximadamente. Esas cosas mecánicas se colocaron sobre los cuerpos muertos de los dos hombres atacantes y en unos pocos segundos sus cuerpos comenzaron a disolverse de una manera muy extraña hasta desaparecer; obra de los parásitos mecánicos que guardaba el hombre que salvó a Síle.

- Ahora estas a salvo. Te llevaré a un lugar seguro.

Entonces el hombre se la llevó cargando en brazos mientras seguía inconciente y se fueron.

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15 años 7 meses antes #56 por astraia_skywalker
...

Ardor y dolor fueron las causas de que Síle recobrara el conocimiento. De un golpe abrió los ojos, un gritó surgió desde el fondo de su ser y automáticamente llevo su mano izquierda a su pierna; alguien lo impidió.

- Necesita más anestesia –ordenó una voz
- Enseguida –contestaron

Síle volvió a dormir...


Se sabía con vida, se sentía bien, estaba arropada pero tenía miedo a abrir los ojos. –Y si es un sueño –se preguntaba. Intenta moverse... no puede. La inmovilidad le causa susto y abre los ojos. -¿Dónde estoy? –es lo primero que se pregunta. Con la mirada estudia el entorno, no reconoce el sitio.
Sus ojos van de un lado a otro, lo único que logra ver es una habitación blanca, la cama en la que se encuentra es grande, limpia y confortable. Se incorpora un poco y ve que enfrente de ella hay una gran ventana y nota que es de mañana en Coruscant. El esfuerzo le provoca un poco de dolor, se deja caer otra vez en la cama. Con la ayuda de sus manos levanta la suave sabana que la cubre y se asombra al ver que viste un camisón blanco y en su pierna tiene una curación, mueve un poco la pierna... siente alivio al ver que tiene movimiento a pesar del dolor.
Se sobresalta al escuchar tres golpes suaves en la puerta de la habitación.

- Adelante –responde temerosa y con trabajo logra sentarse en la cama.

La puerta se abre lentamente, después una figura masculina aparece. Síle se ruboriza y se cubre con la sabana.

- Buenos días... ¿te sientes mejor? –se acerca un poco a la cama
- S-sí gracias... buenos días...

Síle mira detenidamente al hombre... puede ver que es un hombre no mayor a los treinta y cinco años, alto, delgado pero fuerte, la piel es blanca, labios delgados, ojos color café, cabello castaño...

- Tu pierna sanará pronto, la herida que te hicieron estaba grande y profunda, quedará una leve cicatriz, fue lo más grave que te sucedió, además de golpes... por fortuna llegué a tiempo...
- ¿Usted me salvo?
- Sí…
- Muchas gracias… gracias por todo…


El rostro de Síle refleja tristeza, unas lagrimas ruedan por sus mejillas, mira al hombre...

- ¿Sólo me hirieron en la pierna?... ellos no...
- No te hicieron nada más –la interrumpe –puedes estar tranquila

Síle llora...

El hombre sólo la observa. Hasta que Síle se tranquiliza, él vuelve a hablarle.

- Mi nombre es Dax Selus y tú eres Síle Core, verdad?
- ¿Cómo sabe mi nombre?
–pregunta desconfiada
- Te buscaba...

Síle al escuchar estas palabras, tiene miedo y piensa que lo mejor es salir lo antes posible de este lugar.

- Agradezco infinitamente lo que ha hecho por mi... quisiera irme a casa, mi familia ha de estar preocupada, no sé cuanto tiempo ha pasado desde que estoy aquí...
- Dos días
- Ah... quisiera vestirme, ¿dónde esta mi ropa?
- Estaba muy sucia y la deseché
–al decir esto Dax camina a un ropero y saca unas prendas –creo que esto te servirá

Síle nerviosa y llena de vergüenza, toma la ropa y su boca sólo emite un gracias. Dax se disculpa y sale de la habitación para que ella pueda vestirse.
Con trabajo se logra vestir, la ropa le queda muy bien, pareciera que fue hecha especialmente para ella, encuentra un cepillo y peina su cabello.

Arregla la cama y sale de la habitación. Al verla Dax se levanta de un sillón que esta en el salón y camina hacia ella.

- Permíteme llevarte Síle... donde vives es un lugar muy peligroso, no entiendo cómo puedes vivir ahí.
- No tengo medios para vivir mejor.
- Sí tú quieres yo puedo ayudarte
–la mira con ternura
- ¿Ayudarme usted?... ¿por qué haría eso?
- Por favor no pienses mal, mi ayuda es sin ningún interés, simplemente quiero ayudarte... no me gustaría que sufrieras otro ataque...
- No pensé mal...
–le mira con seriedad

Dax respira fuerte, da la espalda a Síle y se aleja unos pasos de ella.

- Es mejor que me vaya... una vez más muchas gracias señor Selus. Adiós.

Síle instintivamente lleva la mano a la altura de su pecho y recuerda que lo que mas quería le fue arrebatado, cosa que la entristece. No se da cuenta que Dax la observa.
Síle con pasos lentos se aproxima a la que es la puerta de salida, en el momento en que su mano activaría el control para salir...

- Sé más de ti de lo que puedas imaginar... Soy sobreviviente de Naboo, al igual que tú. Durante un tiempo trabajé al lado de tu padre Ewan Core, fuimos buenos amigos... Ewan me hablaba mucho de ti...

Al escuchar esto Síle queda estática y su corazón se agita rápidamente.

- Quiero ayudarte Síle... tu padre me decía que tu potencial era algo que no debía perderse. Debes vivir. Tu padre temía que si alguien más se enterara de tus habilidades por desarrollar, podrías ser encontrada por el Imperio o... por alguien más...
- ¿Mi padre le hablaba de mi?
–pregunta Síle- él nunca lo mencionó a usted.
- Me hablaba mucho de ti. Me decía que tenías un gran potencial, que eras una gran estudiante, que había algo en ti que te hacía muy diferente a las demás niñas...
- ¿Mi padre dijo eso?
–cuestiona Síle inquieta
- Sí...

Síle se estremece pero no quiere demostrar debilidad ni tampoco que en verdad ella tiene cierto potencial... nadie debe saber que fue padawan.

- Síle tienes algo que te hace diferente, algo que no veo desde hace mucho tiempo y eso hace que corras peligro, puede ser que el Imperio ande buscándote...
- ¿Buscarme a mi el Imperio???... pero si soy una simple mujer.
- No, no lo eres... y por eso quiero protegerte, no quiero que te suceda lo que les sucedió a tus padres o que el Imperio te obligue a que trabajes para ellos... No, no quiero eso para ti. Por favor déjame ayudarte, déjame cuidarte, déjame protegerte...
- ¿Por qué tiene tanto interés en cuidarme??
- Porque soy enemigo del Imperio al igual que tú, tengo coraje contra su dictadura. Juntos podremos luchar contra ellos, juntos podremos encontrar a otros que te ayuden a desarrollar todo ese potencial del que tanto hablo tu padre...



Continúa...

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15 años 7 meses antes #57 por astraia_skywalker
- ¿Qué otros pueden ayudarme?
- Alguna vez escuchaste hablar de la Orden Jedi?
- Creo que si, alguna vez. Es una leyenda, no?
- No, no es leyenda. Son Caballeros, Maestros que existen desde hace mucho tiempo, tienen grandes poderes, son justos, ellos mantenían en equilibrio a la Galaxia pero desgraciadamente han ido acabando con ellos.
- Entonces si han acabado con ellos... ¿cómo será posible que ellos nos ayuden?
- No se te va nada niña...
–sonríe - los encontraremos... es todo lo que puedo decirte.
- ¿Para quién trabaja?... ¿acaso para el Imperio?
- No puedo decirte para quien trabajo... pero de una cosa puedes estar segura para el Imperio ¡NO!


Síle queda en silencio, su rostro es sereno pero en su interior analiza cada frase pronunciada por Dax.

- ¿Me dejarás ayudarte Síle?... puedes trabajar para mi, así dejarás a esa anciana que te paga muy mal y yo no te dejaré salir tan tarde... –le sonríe

Síle le mira con seriedad.

- Perdón... –corrige Dax- Yo he estado buscándote porque sabía que si te encontraba y te unías a mi, tendremos oportunidad de hacer algo contra el Imperio... Yo necesito que desarrolles tus habilidades; juntos podemos encontrar la respuesta a todo lo que está sucediendo y así hacer algo contra el Imperio y acabarlo. Tenemos que encontrar a los Jedi sobrevivientes y unirnos a su lucha. Por todo eso Síle debes permanecer a mi lado... Temo que los que te atacaron hace unos días hayan sido enviados por el Emperador o algún otro mandatario... Déjame protegerte, puedo conseguir que vivas en un lugar mejor...
- No estoy sola... yo necesito proteger a otros.
- Ophelia y el pequeño Liam pueden venir contigo... Cuidaré de todos, te lo prometo.


Síle no sabe que responder y sólo mira el piso. Dax la mira suplicante y le menciona:

- Por la memoria de tus padres hazlo Síle, confía en mi. Bien sé cuanto te amó tu padre, déjame hacer esto por él, por la gran amistad que nos unió.

Síle recuerda a sus padres y piensa que quizá ellos le enviaron esta persona para protegerla. Quizá Dax pueda ser alguien en quien confiar. Y con esa esperanza para un futuro más tranquilo acepta la propuesta de Dax.
Al escuchar la respuesta de Síle, Dax sonríe ampliamente. Enseguida conduce a Síle hacia la pequeña nave que los llevará al otro lado de la ciudad para que se reúnan con Ophelia y su hijo.

Liam al ver llegar a Síle, grita de felicidad y corre a abrazarla. Enseguida lo alcanza Ophelia y se alegra bastante al verla sana y salva. Durante un momento se llenan de abrazos y besos. Dax observa todo desde una prudente distancia.
Después de que Síle presenta al hombre que la rescató, entran todos a la humilde casa. Ophelia prepara té, mientras Síle la habla de lo que le sucedió y de la ayuda que les ofrece Dax Selus.

Ophelia observa a Dax y le cuesta trabajo creer que quiera ayudarles. Se disculpa con Dax y se lleva a Síle a otra habitación para hablar con ella en privado.
Después de cuestionamientos, dudas, aclaraciones llegan al común acuerdo de que aceptarán. Ophelia le promete a Síle que cuidará de ella siempre.

Dax Selus se siente satisfecho al saber que han aceptado. Bebe el té deprisa y les anuncia que mañana vendrá por ellos en la tarde para llevarles a su nuevo hogar, se despide y se marcha.
Al día siguiente hay mucho movimiento en la pequeña casa, Síle y Ophelia llenas de ilusión hacen la mudanza.
Como lo prometió, Dax llega por ellos, suben las pocas pertenencias y abordan la nave. Liam esta feliz y no para de hablar en todo el camino.

Dax aterriza la nave cerca de un conjunto de altos edificios. Síle asombrada los observa. Dax los conduce hacia los elevadores, Liam nervioso toma la mano de Síle. El ascensor empieza a moverse rápidamente, se detiene hasta el piso número veinticinco. El primero en salir es Dax y los otros le siguen. A unos cuantos pasos se detienen, Dax posa su dedo índice en una pequeña pantalla y la puerta del apartamento se abre.

La primera en entrar es Síle acompañada del pequeño Liam, los dos quedan maravillados del lugar. Ophelia les sigue y Dax permanece unos pasos atrás de ellos.
El departamento es pequeño y acogedor, cuenta con dos habitaciones, salón, comedor, baño y cocina. El salón tiene un ventanal a través del cual se puede ver la grandeza de Coruscant.

Síle con una gran sonrisa, agradece en demasía a Dax. Liam también agradece y corre a la que será la habitación de él y su madre.
Dax se despide y les dice que mañana al medio día regresará.

Antes de irse habla con Síle en privado, para hacerlo la lleva a la habitación que será de ella. En un mueble le muestra los aparatos que utilizaran en caso de que se presente una emergencia. Después la lleva hasta la ventana, abre la persiana.

- Ves esa luz muy blanca en ese edificio –señala Dax con la mano.
- Sí –responde Síle
- Ahí estuviste hace unos días, ahí es donde habito yo, como puedes ver estamos muy cerca.
- Así es
–responde admirada Síle
- Debo irme, hasta mañana.
- Hasta mañana y muchas gracias.


Después de varias horas de arreglar sus cosas en la nueva casa, Ophelia, Liam y Síle cenan y al terminar se van a dormir.

Síle se despoja de su ropa, viste su pijama. Apaga la luz de su habitación, se acerca a la ventana para cerrar la persiana, antes de hacerlo observa detenidamente a Coruscant. Suspira y piensa que con tanta emoción por el cambio, Ophelia ni Liam recordaron que hoy su cumpleaños... Síle tiene ya dieciocho años... dirige la mirada hacia la casa de Dax, sonríe y cierra un poco la persiana. Entra a su cama, nota que es suave y cálida, acomoda la almohada... se dispone a dormir. En breves instantes Síle duerme plácidamente... como hace mucho tiempo no lo hacía.








Alguien desde otra ventana la observa...



Continuará...

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15 años 7 meses antes #58 por konk7er
Vuelve...vuelve...
—¡BROCK! —Gritó Konker,mientras golpeaba en la cara a su acompañante.
—¿Pero que...? —Dijo,mientras se frotaba la cara

Había caido en una especie de estado de inconsciencia por unos segundos,y había sentido la llamada.Pero ahora se encontraba en una situación complicada,asi que eso tendría que esperar.

—Ahí arriba nos estan buscando —Dijo Brock— Y no se hasta que momento podré hacer que llueva.
—¿Lo haces tu?
—Es posible,aunque improbable —Dijo Brock,mientras se frotaba el mentón— Cada vez que me pongo nervioso empieza a llover o a nevar,dependiendo del clima...
—¿Alguién más está contigo?
—¿Conmigo?
—Han trasladado a Coruscant a alguien sospechoso de pertenecer al grupo que asesino a Sanko,¿sois un grupo?
—No,no lo somos...aun —Dijo Brock,y de nuevo volvió a frotarse el mentón— Parece que alguien ha recibido el mensaje subliminal de estas pequeñas acciones terroristas.Esperemos que vengan más...y que nos ayuden a salir de aqui.

Rios de agua pasaban por los subsuelos de la ciudad,y cada vez con más fuerza,debido al diluvio.En poco tiempo,el alcantarillado rebosaría,y se verían olbigados a salir a la superficie.

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15 años 7 meses antes #59 por Joven Jedi
- ¿Puedo saber tu nombre?

Aquella pregunta tenía un tono educado e interesado. Sabía que inspeccionaba cada milímetro de mi rostro con su mirada, pero yo era incapaz de alzar la cabeza.

- ¿No tienes un nombre?

Mis ojos le observaron durante menos de una fracción de segundo, lo suficiente como para comprobar que se mostraba sorprendido, pero de verdad.

- Supongo que la conversación no va a tener mucho futuro...

Oí como sus pasos indicaban que se alejaba de mí. Por lo visto no estaba por la labor de perder el tiempo. No era más que escoria para él.

- Mi nombre es Joven Jedi.

Instantáneamente se detuvo. No se atrevió a girarse en aquel instante, pero deduje que aquello le traía algún que otro recuerdo...

- Por favor... ¡déjala marchar! -gritaba una voz desesperada.

- No me pidas piedad, escoria Jedi... este es el fin de tí y tus amigos -contestaba una voz impetuosa.

- Te lo arruego... ¡Haré lo que me pidas! ¡Lo que sea! ¡No la mates, por favor! ¡Me uniré a tí lo prefieres!

El rostro de la maldad en persona parecía divertirse.

- Voy a ofrecerte un trato...

Aquel Caballero Jedi, entonces, esperó sus palabras.

- Te daré la oportunidad de que su vida dependa de la tuya... está en tus manos que ella se fugue. Las condiciones es que tendrás que conseguirlo tú solo, ya que mis soldados te dispararán. Pero te garantizo que una vez que lo consigas volverás a mis manos.

Fue lo más rápido que pudo. Sin armas, esquivaba cada disparo láser que le propinaban, aturdía y derrotaba a cada soldado con sus poderes de la fuerza. Llevó a cabo su cometido, pero tal y como predijo el emperador, regresó a sus manos.

- Supongo que tu esposa ya está a salvo...

- Desde hoy me comprometo a ser... su esclavo, su soldado, su guardaespaldas... lo que sea...

Una risa atronadora asustó aquel pobre rostro mojado por la lluvia que caía sobre la desnuda azotea.

- Creo que te equivocas, amigo mío... jamás le pediría fidelidad a alguien como tú... y tú tampoco me la mostrarías, aunque jurases en vano.

Buscaba la piedad en aquellos ojos, pero no la encontraba. Esa misma mirada se dirigía al horizonte, al más allá.

- Yo he cumplido mi trato... haz tú lo mismo.

Ansioso por aquel desenlace, Joven Jedi se tomó un tiempo de reflexión. Dio la espalda al Emperador, vigilado por sus soldados, y colocó sus pies sobre el borde de la azotea. Se dio la vuelta, sonriendo y extendiendo un brazo. La respiración del gran Emperador se había cortado. Los soldados no se percataron de ello tras unos segundos, cuando visiblemente se dieron cuenta. Decenas de disparos acabaron con la vida de aquel hombre que no dejó de estrangularle con la fuerza hasta el último segundo de vida. Su cuerpo caía al vació... mientras el Emperador recuperaba el aliento de rodillas.


- ¿Como has dicho?

- He dicho que me llamo Joven Jedi.

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15 años 7 meses antes #60 por Maestro Ricardo
Tras un tiempo en el hiperespacio, la lanzadera Iridium redujo su velocidad hasta hacerse visible y aparecer sobre la órbita del planeta Bespin, su anaranjada atmósfera, su casi infinita capa de nubes era salpicada de vez en cuando por alguna nave que se dirigía a alguna fábrica, a la Ciudad Nube o a otras estaciones planetarias parecidas.
Durante el trayecto Ihcir y Krayt se fueron conociendo mejor, tenían cosas en común no tenían familia, en algún momento de sus vidas fueron cazarrecompensas y ambos habían traicionado a su mejor amigo…

-Hasta que el ordenador localice a Konker, te quedarás conmigo en mi casa-Dijo Krayt
-Gracias, mi casa… no sé dónde estará
-¿Te falla la memoria jedi?
-No, es que mi casa era una nave, un precioso YT-2000 en el que… mi compañero… en el que mi compañero y yo gastábamos casi todo nuestro dinero.
-No estaría mal que encontrases tu casa, a mi no me gustaría haber perdido una joya como esa a demás tu compañero la habrá cuidado bien, no te preocupes, nadie es tan tonto como para maltratar semejante máquina.

La nave, guiada por el ordenador, seguía la ruta hacia la casa de Ekans a través del planeta, tras unos minutos, entre nube y nube, se pudo divisar a través del cristal de la cabina de la nave una pequeña edificación flotante, no era pequeña y tenía 2 plataformas de aterrizaje en la parte trasera.
Una vez la nave tomó tierra, los dos hombres bajaron de la nave, Ihcir iba cogido al hombro del que se acababa de ganar el título de mejor cazarrecompensas de la galaxia, aunque, de momento él no era consciente de su éxito, ya que no había cobrado su merecida recompensa.
Krayt mandó a Ihcir apoyarse un momento en la nave mientras sacaba parte del cargamento y lo colocaba enfrente de la nave.

-Te acompañaré a dentro y luego iré guardando todo esto en su sitio-Dijo el cazarrecompensas cogiendo por el hombro al jedi y reanudando la marcha a través de un pasillo acristalado desde el que vieron un impresionante y plateado Nubian 327 restilizado.
-¿Esperabas visita?-Preguntó Ihcir girando la cabeza hacia Ekans.
-No, te dejaré al borde de la puerta, ¿De acuerdo?, a partir de ahí seguiré solo…

Ihcir se quedó apoyado al lado de la puerta y se dejó caer hasta sentarse con la espalda en la pared, mientras que Krayt sacaba su rifle bláster y avanzaba por los grandes y lujosos pasillos de su casa como si de un fortín enemigo se tratase, ocultándose tras cada objeto, protegiéndose con cada pared que encontraba a su paso.
Al llegar a las anchas escaleras que se situaban al centro de la casa, pudo ver como desde la cima descendía una elegante mujer rubia de larga melena que disimulaba con un gran moño y de ojos azul marino que iba vestida con un vestido largo a juego con sus ojos que tenía una abertura en el lateral derecho que dejaba asomar una de sus largas y preciosas piernas.
Krayt quedó paralizado un instante tras la belleza de la mujer y tras volver en sí, su rostro dejó entrever una especie de odio y desacuerdo reflejado en sus ojos.

-¿Qué haces aquí?-Pregunto en tono serio Ekans
-¿A caso no te alegras de verme Darmon?-Dijo la sensual dama

Ekans guardó silencio, una parte se alegraba tremendamente al estar frente a frente con esa mujer, otra se sorprendía al oír su auténtico nombre tras tantos años y otra no sentía más que odio a cerca de la situación.

-Lo suponía-Dijo la mujer al cabo de unos segundos.- Veo que no te va nada mal
-Es un oficio duro pero bien pagado-Dijo Ekans guardando su arma.- Veo que te siguen volviendo loca los Nubian…
-Es precioso…-Interrumpió la mujer
-Eso y que sigues teniendo la misma habilidad para colarte en mi casa
-Qué tiempos aquellos-Dijo entre risas y poniéndose a la altura de Ekans
-¿Por cierto qué tal tu marido? ¿Sigue queriendo ver mi cabeza sobre su escritorio?
-Darmon…
-Supongo que sí-Se contestó rápidamente a sí mismo.- Entonces démonos prisa

El cazarrecompensas cogió a la mujer con su brazo derecho por la cintura y la apretó contra sí.

-No he venido para eso-Dijo la mujer apartándose de Ekans
-Me lo suponía, una pena la verdad-Dijo Ekans haciendo una rápida mueca con su cara.-Entonces… ¿para qué has venido?
-Vi el mensaje que dejaste en el ordenador de Dalen, bueno, no lo vi, Tod me lo contó.
-¿Tod te ha mandado venir? o es tan torpe de dejarte irte de paseo por la galaxia para ver antiguos amantes
-He venido por mi cuenta… nadie me ha seguido si es lo que quieres saber
-Y bien Lia… ¿tienes pensado quedarte aquí?
-Solo esta noche
-Entonces tendremos que compartir cama, como ves la casa es diminuta…
-Ya veo ya…

Ekans se acercó y selló la conversación con un apasionado beso en los carnosos labios de la mujer.

fima?xD

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