Fan-Forum Wars. Partida IX: Una fe extinta


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16 años 11 meses antes #307 por Papo Skywalker
Dante Oviedo observaba la batalla sobre el planeta ciudad, centro del imperio. Los republicanos eran buenos Oviedo lo sabia y tambien sabia que esta batalla tenia un riesgo bastante elevado, pero tambien sabia que el imperio superaba a la republica en 5 hombres a 1 y que sus cañones planetarios eran resistentes y poderosos. Tambien sabia que entre los insurrectos habia jedi por lo que la republica no habia sido destrozada de una manera absoluta.

El Gran Almirante Oviedo aun no habia pronunciado una sola palabra. Mientras que toda la tripulacion de el Temido estaba en completo movimiento Dante se encendia un cigarro y recordaba su ultimo encuentro con el Emperador en donde el le ordenaba salir de la capital y alejarse todo lo posible a ella para que los rebeldes cayesen en la trampa y fuesen cercados por completo sin posibilidad alguna de escapar. El capitan del destructor interrumpio sus pensamientos.

Capitan:Señor nuestros cazas caen como moscas. Sus naves son mucho mas resistentes que las suyas.

Oviedo:Lo llevan siendo desde hace mas de cien años capitan. Bien si nuestros cazas no pueden hacerlo solos les ayudaremos. Que toda la flota se pegue a los cruceros rebeldes y apoye a los cazas.

Capitan:Ya habeis oido las ordenes muchachos en marcha.

La flota imperial acelero hasta velocidad de ataque y se coloco entre la flota republicana. Los disparos comenzaron a sucederse en las naves.

Capitan:Señor esta maniobra podria costarnos la batalla, estan mejor agrupados que nosotros y podrian cercarnos.

Oviedo:Lo se capitan. El almirante Banz esta apostado en el otro extremo del planeta, si los rebeldes intentan esa accion seremos nosotros quienes les cercaremos :cool:

(CONTINUARA)

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16 años 11 meses antes #308 por Moon
El tercer poder hacía tiempo desaparecido en extrañas circuntancias ha vuelto.

En Coruscant, en medio de la batalla una nave invisible a los rádares había aterrizado, algo lejana al alcance de la flota imperial y de la rebelión.

Una voz procedía de un objeto metálico y con rara formación de agujeros minúsculos.
La voz de Neru Nakis salía de aquel objeto:

- Esto debe llegar a los oídos de todos.
El pasado y el futuro están vivos, y su futuro será importante.
Demasiado importante.
Galcien, estos proyectadores holográficos deben llegar a oídos enemigos.
Tanto entre ellos como nuestros.

- Así se hará, maestra Nakis- con un tono algo arrogante contestó Galcien-.

Cada proyector holográfico, de color oscuro, llevan un elemento adhesivo de alta potencia.
Tiempo más tarde, Galcien volvió al lugar donde estaba su nave.
Galcien emitió un mensaje cifrado que significaba que había conseguido su misión.
Después esa nave en la que provinó el mensajero de la tercera fuerza salió de Coruscant.

[ 25. Mayo 2007, 11:11: Mensaje editado por: diego ]

Maestro Jai de DW.



Buscando consumir las étereas voces en el silencio.

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16 años 11 meses antes #309 por Joven Jedi
Colores no definidos, rugosidad, luces, sonidos. Joven Jedi había abierto los ojos sin reconoder aquel lugar. Su cuerpo, incrustado en los escombros de algún muro retumbado, estaba inmensamente dolorido, como si cientos de agujas lo mantuvieran preso.

Consiguió recuperar la visión y el oído. Pero el dolor perduraba.

"Ese poder sólo debes usarlo cuando lo domines y en momentos drásticos."

Esas palabras que le dijeron Bioexorcist y Dioxis en privado vinieron a su cabeza. Había usado ese poder como si se tratase de una multiplicación de fuerza o una colisión. Y no podía ser.

"Recuerda que esos trucos de la fuerza pueden ser aprendidos por cualquiera... que no sean corrientes es porque son olvidados."

Pero aquello era diferente. Por algún motivo, y en ese momento las palabras del Emperador le habían venido a la mente, por algún motivo, él era capaz de realizar aquello que le llevaba al corazón de la muerte.

Apoyó sus manos sobre el suelo y se levantó muy lentamente. Oía disparos, pero lejos. Pensaba que de momento estaba a salvo.

Una vez de pié, algo encorbado, su corazón empezó a disminuír sus latidos. De pronto, sus vías respiratorias se atrancaron. No podía respirar. La angustia le hizo perder rápidamente el conocimiento.

Despertó de nuevo, con una mascarilla en su rostro.

- Bienvenido a la brigada 1138-C -dijo un soldado.

- ¿Dónde estoy?

- Soy el comandante Gibs señor.

- Joven Jedi... encantado.

Se levantó de lo que parecía una camilla.

- Espere, no debería levantarse. Su pulso es bajo. Ha sufrido una gran bajada de tensión. Casi fallece.

- Lo siento, pero debo irme... muchas gracias.

- Pero señor...

- Es necesario... debo marcharme.

- Déjeme que le acompañe señor.

- ¿Que pasa con su ejército?

- Lo dirigirá el Cabo Taylor.

- Está bien.

Joven Jedi fue acompañado por los canales subterráneos por el comandante Gibs. Éste era humano, de estatura media-baja, aproximadamente 1´70, pero con musculatura desarrollada. Su cabeza estaba descubierta. Su pelo, corto pero a la vez ondeado al viento, estaba sujeto por una cinta azul. Tenía una ligera barba.

- ¿Daño de combate? -se interesó.

- Si le digo la verdad, no me acuerdo -fingió Joven Jedi.

- Por eso era necesario que se quedara -sonrió Gibs.

- Créame, en otra circunstancia lo haría, pero ya sabe. Somos pocos Jedis.

- Lo comprendo señor.

- ¿De qué academia eres?

- De este mismo planeta señor.

- ¿Y lograste escapar al Imperio?

- Soy comandante por algo -dijo orgulloso.- Domino el combate cuerpo a cuerpo, sabotaje, espionaje y el arte del francotirador. En mi extensa mochila tengo todo lo que necesito.

- Vaya, sí que estás preparado. Nunca conocía a nadie con tantas habilidades. ¿Te caigo bien?

- Sí señor.

- LLámame Joven Jedi, o JJ... porque vamos a ganar esta guerra juntos -dijo sonriendo.

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16 años 10 meses antes #310 por Orius Zeth
En el espacio.

Con la llegada de los destructores y con su avance, se empezaban a cerrar las formaciones, los cazas TIE, reciebieron un poco de ayuda del grueso de la flota imperial, pero aún así seguían cayendo con mucha facilidad.

Los pilotos republicanos de las B-Wing y las Y-Wing, se esforzaban al máximo para dañar a los destructores, fragatas enemigas, de a poco se notaba que los torpedos de protones se estaban agotando, pero aún había cañones ionicos, que ayudaban bastante, y los navíos republicanos por mucho que los tratarán de encerrar en el cerco, seguían disparando con toda la potencia.

Mientras yo volaba con toda la escuadrilla a mi espaldas, sabía que no podía durar mucho la situación.

Abrí un canal codificado en la radio con la flota.

Orius: Sigan disparando por la fuerza, no podemos perder esta batalla.

Almirante: Sabemos la relevancia de esta batalla, y no perderemos, sólo espero que lleguen algunos refuerzos dentro de poco.

Orius: Es lo que yo también espero Almirante, el mismo imperio a sacado naves de sus patrullas normales, esperemos que la señal llegue a Mon Calamari.

Almirante: Mande un mensaje hacia allá hace días, cuando partimos para Coruscant, sólo es cosa de esperar y aguantar, y de acabar con los cazas TIE.

Las explosiones, a razón de las descargas de los turboláser y cañones láser con mucha potencia y fuerza, y los misiles y torpedos de protones que vuelan por el espacio del planeta, incluso los pilotos tuvimos que empezar a lidiar con los misiles de impacto que disparaba la república y el imperio, los daños en ambas flotas eran grandes, pero los destructores que comandaba Oviedo, llevaban poco en el combate, y estaban en mejores condiciones.

Los cazas A-Wing, E-Wing y X-Wing, tuvimos que cerrar las formaciones, para neutralizar a los navíos medios del imperio y seguir aplastando cazas enemigos, aunque las cantidades de cazas iban en detrimento, seguíamos luchando con todas nuestras fuerzas, y nuestros sentidos agudizados al máximo, y más con lo que los ayudaba con la meditación en combate.

Orius: Ataquen en formaciones de 2, y no se separen, acaben esos TIE.

La batalla se recrudecía, y mientras me concentraba y le subía la moral a los pilotos y los artilleros de la república, le pedía a la fuerza porque llegarán pronto refuerzos de la república a ayudarnos para desahogarnos de una parte de la presión en el combate.

(Continuará)

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16 años 10 meses antes #311 por Joven Jedi
Joven Jedi y Gibs bordearon en varias ocasiones los túneles subterráneos debido a sabotajes. Suponía que el palacio debía estar a unos 300 metros, así que les faltaba poco.

Ante ellos, nuevamente, la vía cortada. Dieron media vuelta y una explosión les hizo caer al suelo. Un hombre estaba ante ellos.

El polvo se disipó y Joven Jedi vio a alguien conocido.

- ¿Otra vez tú? -preguntó Joven Jedi.

El agente Enoham, con su traje impecable portaba un arma sencilla, sin dejar de apuntar a Joven Jedi.

- No sé de dónde procedes, así que si eres escoria del Emperador, dile que nos tome un poco más en serio. Dudo que un simple soldado pueda derrotar a un Jedi.

- Yo no estaría tan seguro -dijo firmemente Enoham.- Yo que vosotros tiraría el arma y me llevaría las manos a la cabeza.

Ahora apuntaba con dos manos. Joven Jedi sonrió y tiró su sable láser, a la vez que le hizo un gesto a Gibs para que hiciese lo mismo.

- ¿Alguna vez te has enfrentado a un Jedi? -preguntó sonriendo Enoham.

- Me he enfrentado a gente más peligrosa que tú, creeme. 15 años de trabajo sin fallar en un sólo trabajo hablan por sí solo.

Joven Jedi estaba impresionado, era bueno, pero insuficiente para él. La cara huesuda pero a la vez intimadora de Enoham lo hacían un hombre temible.

Joven Jedi quiso usar la fuerza, pero no pudo.

- Ésta vez no... ya me he informado -dijo Enoham sacando un Ysalamiri del bolsillo.

- Eso me pasa por hacerme el chulo -pensó Joven Jedi.

- Bien... entonces os mataré aquí mismo.

- ¡No puedes hacer eso! -gritó Joven Jedi.

Enoham disparó sin piedad a la pierna de JJ, haciendo que se cayese al suelo.

- No sabéis quien soy, así que no juguéis conmigo. Ser escrupuloso no es lo mío amigo Jedi. Y ahora, el otro.

Joven Jedi observó con total pánico como en el pecho de Gibs se formaba una quemadura, haciéndolo derrumbar. Aquel hombre no tenía corazón. Si no lo conociese, pensaría que es hijo de un Sith, su forma de actuar era totalmente asombrosa.

- Ahora una última cuestión antes de que os mate, ¿dónde están vuestros compañeros?

- ¿Y tu qué sabes si no iba solo? -agredió verbalmente JJ.

- ¿Crees que soy tonto? Soy más inteligente de lo que piensas. Dímelo antes de que te mate.

En un momento oportuno, Gibs rodó sobre sí mismo en el suelo y lanzó una granada de humo hacia adelante. Enoham tuvo la dureza de disparar sin piedad dos veces más sobre su pecho, derrumbándolo definitivamente. Una humareda impidió a Enoham seguir con la matanza.

- ¡¡Gibs!!

Joven Jedi lo cogió en brazos. Tenía dos alternativas, huír y despistar a Enoham o acabar con él, lo que sopondría la muerte de Gibs. Optó por lo primero.

- ¡¡Ya nos veremos JJ!! -gritaba tosiendo Enoham.

Joven Jedi se puso a salvo y curó con la fuerza las heridas de Gibs. Al cabo de unos segundos estaba de nuevo en perfecto estado.

- Impresionante -dijo tosiendo Gibs.

- Gran acto de valentía amigo. Debemos irnos ya, me temo que nos hemos topado con el mejor cazarecompensas de hace mucho tiempo. Mientras lleve ese Ysalamiri no puedo hacer nada con él. Estoy seguro que él atacó la base Sur.

Mientras entraban en el palacio con precaución, a Joven Jedi le vino unas ideas a la cabeza. ¿Y si fue aquel hombre el verdadero asesino? Silencioso, cauto, sin escrúpulos e intimidante. Un aspecto huesudo, agresivo y algo maniático lo hacían peligroso. Quizás ese hombre fue quien mató a su hermano y a Rolando. Pronto lo descubría encantado. Tenía un ajuste personal.

Se encontró tirado en el suelo a Uchiha, con los compañeros.

- ¿Dónde te habías metido? -preguntó Corso.

- Es una historia larga... -dijo Joven Jedi.

Presentó a su compañero y Uchiha se incorporó. Estaban listos para continuar.

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16 años 10 meses antes #312 por Joven Jedi
- ¿Habéis acabado con el primer piso? -preguntó Joven Jedi.

- Sí... pero es extraño... no hemos oído nada ahí arriba... -sospechó Corso.

El grupo subió despacio las escaleras del palacio. Todo estaba en silencio. De pronto, un golpe los alertó.

- ¡Emboscada por abajo! -gritó Twon.

- ¡Vete tú a contenerlos! -ordenó Uchiha.

Twon se lanzó junto con Ken, Brock y el propio Uchiha a detenerlos. Habían entrado muchos soldados Imperiales, y era complicado contenerles. Por otro lado, un soldado sorprendió por una sala a Joven Jedi. Corso desvió su disparo con su sable láser morado.

- Gracias -agradeció JJ.

- Eh, Gibs, lanza una granada -ordenó Ichir.

El soldado lo realizó y al pronto se escucharon varias voces gritar. Entraron todos en el resto de salas y acabaron con la amenaza Imperial. Habían más hombres de los que pensaban. Oyeron personas corretear.

- ¡Abajo no hay nadie! -gritó Ken.

- ¡Pero los tenemos delante! -alertó Ichir.

Por el pasillo adelante exterminaron todo rastro Imperial. El palacio parecía tranquilo.

- ¡Despejado! -gritó Twon.

- Venid aquí... creo que hemos hecho bien en llegar hasta aquí -dijo emocionado Corso.

Se juntaron en una sala con dos ametralladoras láser. Por la ventana, incrédulos, vieron una gran avenida, derrumbada y escombrosa, y al final, lo que antes era el Senado.

- Creo que es la base dónde se oculta el Emperador -dijo Brock.- Los mapas así lo dicen, eso es el antiguo senado.

- ¿Seguro que se haya allí? -preguntó Ichir.

- Puedo sentirlo -confesó Joven Jedi.- Pero no va a ser fácil llegar.

- Obviamente -ironizó Uchiha.- Por si no te has dado cuento, caen bombas cada segundo, hay disparos de ametralladoras constantes. Ir por ahí es un suicidio. Es el corazón de la batalla. Y el Emperador es lo suficientemente listo como para estar a salvo.

- Pues algo tenemos que pensar... quizás si miro los planos... -dijo Brock.

- Pero no puedes adivinar todos los alcantarillados... Coruscant es demasia... -algo interrumpió a Corso.

Una gran explosión los hizo tirar al suelo. Era un bombardeo. Brock quiso gritar algo pero nadie lo oyó. De pronto, la pared que tenían delante se derrumbó, con ellos al lado. El suelo tembló y se hundió debajo suya. Por primera vez creyeron estar en la propia muerte. Habían alcanzado el palacio.

(...)

Escombros y ceniza. Varios cuerpos estaba semienterrados allí. Ken fue el primero en levantarse.

- ¡Mierda, casi nos matan! ¡Tenemos que huír chicos, o somos presa fácil!

Intentó convencer al grupo, y poco a poco se levantaron todos magullados. Iban a comenzar a escapar antes de que fuese masacrados, pero una nueva ola de bombarderos les amenazaban.

- ¡Corso, vámonos! -gritó Joven Jedi.

- ¡Huíd, yo los detendré!

- ¿¿Estás loco??

Gibs agarró por el brazo a Joven Jedi. Sus compañeros estaba atónios también, pero sus miradas le decían que debían huir. Joven Jedi salió corriendo a una trinchera sin dejar de mirar a Corso. Era un suicida.

Aún estaban cerca. Una explosión acabaría con la vida de todos. Corso comenzó a detener con la fuerza las bombas que iban cediendo de los cazas.

- ¡¡Seguid!! -gritó Joven Jedi.

- ¡¡No!! -gritó Ichir.

Consiguieron salvarguarse en una trinchera gracias a la herocidad de Corso. Sin embargo, era demasiado tarde para él. Pronto sería víctima de todo.

Joven Jedi perdió las pupilas, sus ojos eran blancos. Un aura verde rodeó su cuerpo y desapareció a la imagen de todos.

Corso sudaba. Finalmente, cedió. Su sacrificio costaría su vida, pero la supervivencia de los demás.

Un instante antes de morir, la figura de Joven Jedi apareció y volvía a desparecer con Corso. A varios metros de altura, JJ lo llevaba agarrado por un brazo, hasta que una tremenda explosión disolvió todo.

(...)

- No se han salvado... -dijo Uchiha.

- No puede ser... -confesó Ichir.

Pero desde la trinchera vieron lo imposible. Saliendo de entre rocas, Corso soportaba sobre sus brazos a Joven Jedi, incosciente. Sus ropas estaban destrozados. Sus bíceps sobrecargados rajados y llenos de sangre transportaron a Joven Jedi hasta la trinchera. Todos no se creían lo que veían.

- Creo que tardaremos en alcanzar al Emperador -sonrió fríamente.

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