George Lucas le pidió a Miguel Ángel Fuertes, uno de los supervisores de animación por ordenador de Industrial Light & Magic, que Sebulba fuera "como una comadreja hiperactiva, pero moviéndose a cámara lenta". Imposible, pensó Fuertes. Este español de 42 años que lleva seis en la factoría Lucas -ha participado en Casper, Parque Jurásico y El corazón del dragón- decidió entonces presentarle a Lucas su Sebulba.
Cada supervisor de animación de ILM escogió el personaje que quería animar en La amenaza fantasma. Fuertes optó por Sebulba, a pesar del poco tiempo que aparece en pantalla. "Supe que iba a ser feliz animándolo, y lo he sido". Junto con su equipo de cinco animadores, le ha dedicado a Sebulba ocho meses; después ha podido tomarse vacaciones porque otros personajes han tardado año y medio en animarse. "George es muy detallista y a veces puede ser muy doloroso trabajar así; tiene control sobre cada cosa que aparece en pantalla". Sin embargo, su trabajo ha sido altamente creativo porque reconoce que puede haber un gran margen de libertad". ¿La clave? "El arte de llegar a leer la mente del director y arriesgarse lo suficiente como para poder hacer algo que le sorprenda hasta el punto de fi31vamos de su mente la idea que él tenía. Muchas veces eso termina en desastre, pero hasta ahora a mí no me ha fallado".
Sebulba -del que Fuertes confiesa sentirse padre "en su educación, pero no en su concepción"- es el máximo rival de Anakin Skywalker en la carrera de cuadrigas. Se trata de un espécimen que anda sobre sus manos con los pies colgando por delante de su cuerpo. A Fuertes le atrajo este rasgo y la presunta villanía de Sebulba, aunque Lucas le dejó bien claro que "sólo es un corredor, no un villano". Una vez terminado el filme, Fuertes va aún más lejos al afirmar que su criatura "es el bueno de la película" por dos razones: atiza a Jar Jar Binks -al que tanta gente, incluido Fuertes, odia- y se enfrenta a Anakin, que más tarde será el malísimo Darth Vader.
Fuertes realizó un exhaustivo trabajo de documentación en busca de referencias para convertir a Sebulba en el personaje que quería. Extrajo detalles de Casablanca (en la que un militar genera nerviosismo por el simple hecho de no parpadear), El hombre que mató a Liberty Valance (donde aparece una de las risas más sádicas y crueles de la historia del cine), La parada de los monstruos (le inspiró la gran movilidad de un personaje que carece de piernas), El paciente inglés (donde aparece un beduino que se balancea constantemente) y una bailarina de la compañía teatral Cirque du Soleil. Todas estas referencias están de alguna forma en Sebulba, pero la que más dio que hablar en ILM fue la del masaje que recibe el personaje antes de la carrera, inspirado en Ben-Hur.
Lucas le sugirió a Fuertes que Sebulba acariciara a una de las masajistas. Fuertes lo hizo de una forma que gustó tanto al patrón que éste le pidió una segunda animación en la misma línea. La imaginación del padre adoptivo de Sebulba hizo que el bicho le pasara la mano entre las piernas a la masajista. Y con este gesto llegó el escándalo: a la mayoría de los animadores de ILM les pareció un exceso fuera de lugar en una película en cierto modo infantil como La amenaza fantasma. Incluso uno de ellos exclamó: "Esto es lo que ocurre cuando se le encarga una escena como ésta a un español", según explica Fuertes. A Lucas le agradó el gesto de Sebulba. El español remató el toqueteo haciendo que su criatura se metiera el dedo en la boca tras sacar la mano de entre las piernas de la masajista. Él y su equipo de animadores se tomaron otra libertad en la escena en que Sebulba, Jar Jar y Anakin coinciden en el mercado de Tatooine. Allí es donde Sebulba zarandea al gungan patoso y parlanchín, pero esa mínima agresión les dejó con ganas de arrearle más. El equipo de Jar Jar se negó a que su personaje recibiera más leña y Fuertes decidió desahogarse con Anakin Skywalker. Se atrevieron a hacer que Sebulba le diera en la cara con una rana.
En el imperio de Stars Wars
Fuertes saltó a los estudios de ILM en San Rafael (California) desde Amblimation, la empresa de animación de Steven Spielberg. Había trabajado 10 años en Madrid en Hanna-Barbera y en la serie Los mundos de Yuppi para TVE. No posee ningún título académico. "Procedo del campo del aburrimiento; en las clases de mates le daba la vuelta a la hoja y me ponía a dibujar". Lo que más fascina a Fuertes no es la tecnología, sino la creatividad. "En ILM me siento como un músico virtuoso. Sé cómo sacar notas sutiles, mientras que muchos animadores son un grupo de rock: les interesa el volumen. Les hablo de combinar notas para provocar un sentimiento y no lo entienden".
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