Coleccionismo

Baby Yoda: salvando el merchandising de Star Wars

babyyoda_gr Portal en español sobre la saga fílmica de Star Wars - La Guerra de las Galaxias

Analizamos porque Baby Yoda no solo se convirtió en la figura central de la nueva serie de Disney sino también como estará presente en todas las tiendas de Star Wars para revivir el merchandising de esta franquicia.

Con la venta de Lucasfilm al todopoderoso Disney que todo lo compra y controla (a excepción del mercado chino), no solo cambiaron las reglas de juego para la franquicia, sino también el público al que iba dirigida. Con la idea de captar la atención de los veteranos fans de toda la vida que han seguido la saga desde sus inicios (o casi), pasando por aquellos años que no había películas, las ediciones especiales y hasta llegar a las precuelas, como así también captar nuevos fans, de los casuales, de los “posers” y los que pronto lo serán dentro de las nuevas generaciones, la corporación se plantó con esta prueba de rigor que fue tomar una franquicia histórica tan metida en nuestra cultura, y tan relacionada por el público con George Lucas, quien sea dicho de paso, había recibido bastante opinión dispar con sus precuelas y su propio agotamiento, creando el terreno perfecto para la movida. Por eso, con el estreno de El despertar de la Fuerza, Disney trató de contentar a todo el mundo (y por trascendidos posteriores, no mucho que digamos al mismo Lucas) pisando sobre suelo seguro y entregando un nuevo “A New Hope”, básicamente un remake apuntando a la nostalgia, ese punto débil que hace enflaquecer a los más fuertes, mostrando una nueva tropa de personajes jóvenes y rebeldes para hacer espejo con esa nueva generación que tanto quiso captar. La prueba fue más un termómetro para ver la respuesta entre el consumidor promedio (léase fan) y el público en general, y no podría fallar en los números: Nostalgia, viejos conocidos de siempre abriéndoles el camino a una nueva generación repitiendo la historia de 1977 al pie de la letra.

Empezamos de nuevo

Un “paso de antorcha” aceptable con muy pocas y tímidas nuevas ideas, una oportunidad desaprovechada desde nuestro humilde entender, de ofrecernos algo genuinamente fresco y nuevo con el espíritu de siempre, que expandiese con otra mirada el universo Star Wars. Por respeto a ti que estás leyendo esto y a nosotros mismos que te lo escribimos, no entraremos mucho en detalle en lo que siguió, un momento bisagra que analizaremos más en profundidad en otras notas más cargadas de verborragia y cinismo, pero las siguientes películas dentro de esta trilogía sirvieron para dos cosas: para separar ese nexo entre la compañía creadora de Star Wars y sus fans, y para dejarnos en claro que al final de cuentas, no había nada planeado en esa mediocre historia y todo fue cambiando de acuerdo a la reacción del público: un director tiraba para su lado y el otro para el contrario sin mucha coherencia entre los dos, al punto de no estar delineada la historia de su personaje central, como pudimos descubrir con algunos comentarios bastante recientes de su protagonista, Daisy Ridley.

Unas secuelas que no fueron

En consecuencia, los números rindieron, pero la reacción del público no. Con el estreno de “Solo” justo allí en el medio, esa misma reacción se hizo ver, la película apenas arañó los $400 millones en todo el mundo, un número impensado para Star Wars, un baldazo de agua fría y una muestra de que el público también puede mandar mensajes, de la única forma que las empresas escuchan: a través de la recaudación.
Tras el fracaso, Disney apuntó a la “fatiga cinematográfica” y los spin-off, más como una jugada sucia para que no cayera el peso sobre la propia empresa: estaban apuntando como responsable al público que supuestamente se cansó, y hasta se leyeron en las redes teorías de boicot y no a que ellos ofrecieron un producto mediocre y que el público simplemente no respondió, y eso que no nos meteremos en The Last Jedi y lo que resultó para la mitología Star Wars, las reacciones dispares entre el público y como insidió en ese fracaso.

Si, un mamarracho de Trilogía, y un primer paso en falso… pero, aunque los números de recaudación fueron relativamente lo que esperaban, ocurrió una alerta muy importante en las oficinas del ratón: las ventas de mercadería descendieron en lugar de aumentar, el merchandising de Star Wars no se estaba vendiendo solo. Será simplemente un desencanto generalizado, un cambio de comportamiento del consumidor, por entregar personajes que despertaron poco interés con los que el público no podía relacionarse, o simplemente por tratar de hacer todo “más grande” sin innovar: vehículos, armas, etc, etc, en vez de ofrecer algo nuevo e interesante, es que parece que con BB-8, el pequeño droide giroscópico no alcanzó y la gente estaba esperando algo nuevo, ese objeto fetiche para ocupar un nuevo lugar en sus colecciones, porque en definitiva allí es donde apunta toda la artillería del Imperio.

Volviendo a terreno seguro

Con esto se dieron cuenta de algo: volvamos a terreno seguro, el Star Wars que el público acepta ciegamente, seamos todo lo referenciales que podamos ser a lo que ya está creado, y mudemos todo el circo a la plataforma de streaming donde podemos corregir lo que nos hemos equivocado en la siguiente temporada, y podamos alimentar la flaca cartelera de nuestro servicio, que es el streaming donde el público se está centralizando (y aún más con esta situación actual). Lucas de hecho, adelantado siempre en estos negocios, ya sabía que el público consumiría cada vez más el entretenimiento en sus hogares y por eso había experimentado con algunos proyectos como una serie en los bajo fondos de Coruscant, de la que hubo una especie de piloto pero que nunca salió a la luz.

Así fue que nació The Mandalorian, el primer show live action de Star Wars, y es justamente volver a terreno seguro: ahí siguen los stormtroopers, los X-Wing, los Jawas, el Imperio a pesar de estar desquebrajándose sigue estando allí, son todas las piezas de un universo ya conocido, volvemos a esa zona de confort para empezar de nuevo, aunque hay que reconocer que lo que tiene atrapante esta serie y que las secuelas no se animaron a hacer es que expande el universo que conocemos, pero lo expande respetuosamente y eso es algo que se agradece.

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Mando junto a Baby Yoda, que gran dupla

Parece que aquí no hay elementos de las secuelas, si bien nos ubicamos unos años antes, Mandalorian parece mirar atrás más que adelante, hay rastros por todas partes de la Trilogía Original, de las Precuelas, de The Clone Wars, y hasta del Universo Expandido del que Disney convenientemente desempolva para traer los elementos que le conviene, aquí no hay secuelas a la vista y de hecho, mientras escribimos esta nota, Disney ha anunciado 10 diferentes shows de Star Wars en los que no parece haber rastros de ella, ¿será por algo verdad?

Baby Yoda, salvando el merchandising

Pero The Mandalorian no solo vino a poblar el servicio de straming Disney+ y ser hoy por hoy, el faro de Star Wars para la compañía y el enganche hacia lo que vendrá, sino también como rescate del merchandising que quedó estancado en los estantes de saldos, y desde el primer capítulo nos lo demostraron Dave Filoni y Jon Favreau, los tipos que afortunadamente están al frente del show al mostrar su sorpresa con la acogida al diminuto personaje: Baby Yoda. La aparición del pequeñito personaje quebró en dos la serie y desvió la atención del protagonista del que lleva su título, es que es imposible no encariñarse con esta simpática criaturita verde, está allí para cambiar la historia de Mando y su camino en el universo, pero también para que te encariñes con él y quieras tenerlo y acurrucarlo, es ese muñequito simpático que Disney parece poner en todas sus películas, a veces es el comic relief de la cinta y otras está allí para que salgas del cine (cuando se podía ir a ellos) y quieras tenerlo. Y dieron con el clavo, el personaje es irresistible estés siguiendo de lejos o de cerca la serie o si solo la miras de rebote, no puedes apartarte de su hipnótica y adorable presencia, está allí por algo, y la respuesta del público lo demostró: en las redes puedes encontrar tanto o más material de Baby Yoda, un personaje secundario que además alimentará la popularidad de la serie, como del propio héroe vestido de plateado beskar.

Baby Yoda se volvió un personaje irresistible, y con eso vino una alta demanda, y aunque los productos no llegaron para satisfacerla en las navidades del 2019, los nuevos productos después del anuncio de la New York Toy Fair 2020 ya se pueden comprar desde peluches, los clásicos Funko Pop o como el caso de la Figura Animatronic Baby Yoda de Hasbro que viene con sonidos y movimientos de acuerdo a tu interacción, como para no dejarte con las ganas.

Si, a estas alturas tenemos un nombre para el pequeñín en la serie, pero esas estanterías estarán repletas del nombre más comercial Baby Yoda, eso no lo dudes, es que esta vez Disney está preparado, las ventas ya lo separan de lo anteriormente lanzado y aún quedan las navidades.

Es que tanto lo que significará la serie para esta franquicia, como Baby Yoda para su merchandising, vemos una señal de que algo bueno puede surgir de todo esto, mientras gente talentosa y con amor a Star Wars pueda expandir el universo sin tantas presiones corporativas de una compañía, habrá un terreno fértil por el que sembrar buenas y nuevas historias. Ya lo dijo Mando: This is the way (este es el camino).